¡A votar!

Manuel Riesco
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"Quien gane no será quien pueda convertir a más fieles del otro bando, sino quien dé a los suyos razones más poderosas para levantarse a votar el próximo domingo", Daniel Matamala, LT, 12 de diciembre 2021

Gabriel Boric será el próximo Presidente de Chile. Porque cuenta con una base mayor, la que acabó con la dictadura y hoy, acrecentada y activa, exige y seguirá exigiendo realizar las reformas necesarias. Porque en esta vuelta esa mayoría se levantará a votar, por él y para barrer a la ultraderecha. Si también se levantan ese día a votar los jóvenes del pueblo que dieron el triunfo arrollador al Apruebo y la Convención, su victoria puede ser mucho mayor. Para seguir avanzando.

La cita de Matamala es acertada. El Servicio Electoral (Servel) ha comprobado que los resultados varían significativamente de elección en elección, no por los electores que cambian de preferencia, que son muy pocos, sino porque quienes votan son personas diferentes en cada ocasión. Gana el que moviliza a su base, pierde quien la olvida en casa.

Analizando los electores y votantes por RUT, el Servel comprobó que la mayoría de los primeros vota, pero no siempre. Los votantes son cerca de dos tercios de los electores, pero sólo poco más de un tercio vota siempre. Una parte siempre diferente del otro tercio, completa alrededor de una mitad de electores que votan en cada elección.

En el año 2017, los electores eran 14,3 millones de personas, de las cuales 6,7 millones votaron en las elecciones generales, una minoría por la derecha. Sin embargo, un millón de ellas se quedó en su casa para la segunda vuelta, donde votaron en cambio 1,3 millones de electores que no habían votado en primera vuelta, dando la victoria a Piñera con una participación total de 7 millones. En total, más de 9 millones de electores votaron ese año, pero sólo 5,7 millones lo hicieron en ambas elecciones (Servel 2021a, pgs. 1, 40).

En el plebiscito de 2020 los electores subieron a 14,9 millones, de los cuales votaron 7,5 millones. Éstos incluyeron a 1,3 millones, principalmente jóvenes de comunas populares, que no habían votado en elecciones anteriores. En cambio, 1,3 millones de personas que votaron en las elecciones del año 2017 y 2013, generalmente mayores, no concurrieron al plebiscito (Servel 2021b, pg. 26).

En la elección general de 2021, la ultraderecha sin duda movilizó a su base a votar en primera vuelta. Por eso su candidato, un nazi de tomo y lomo oriundo de Paine, llegó primero, aunque por nariz y con sólo 27,9 por ciento de los votantes, desplazando a Sichel que obtuvo 12,8 por ciento. La votación de derecha en diputados bajó levemente a 36,6 por ciento.

La candidatura de Gabriel Boric obtuvo 25,8 por ciento en primera vuelta, movilizando 1,8 millones de electores, poco más que la votación de su coalición en la primaria presidencial y significativamente menos que los 2,4 millones logrados por diputados identificados con la izquierda en esa misma elección (c1).

Sin embargo, no bien conocidos los resultados, Gabriel Boric recibió los apoyos inmediatos, sin titubeos ni condiciones, de los otros candidatos, parlamentarios y partidos progresistas que, junto a la izquierda, alcanzaron 53 por ciento de la votación de diputados, en la misma elección.

Quizás más importante, la campaña de Gabriel Boric en segunda vuelta recuperó la ofensiva, recibiendo una avalancha de apoyos de personalidades del arte, la cultura, la ciencia y también de la política, encabezados por Carmen Frei, y los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

Ha recibido asimismo la adhesión de miles de agrupaciones sociales y culturales de todo tipo, encabezadas por las principales organizaciones sindicales, así como incontables y cálidos apoyos ciudadanos a lo largo de todo el país. Resulta emocionante ver el torrente de imaginativas manifestaciones en redes sociales. Hasta los economistas progresistas cerraron filas con su candidatura, con apenas un par de tristes excepciones.

La candidatura de Gabriel Boric ha respondido a estas extraordinarias manifestaciones de apoyo con gran altura y sin sectarismo alguno, incorporando de inmediato a su comando a destacadas figuras que representan a todo el arco opositor.

Todo lo anterior refleja el profundo sentimiento antifascista del pueblo chileno, que no olvida la dictadura de Pinochet. El pueblo sabe que con Gabriel Boric reemplazando a Piñera a la cabeza del Estado, la correlación de fuerzas que ya le es muy favorable en la Convención e igual o mejor que antes en el Parlamento, mejorará aún más, extraordinariamente. El pueblo sabe que puede confiar en el criterio político de Gabriel Boric. "Escucho a los asesores pero también al pueblo", ha declarado, explicando porque apoyó los retiros 10% a pesar de los refunfuños de aquellos.

El pueblo confía en la orientación política general de Boric, expresada correctamente y con audacia histórica en el acuerdo del 15 de noviembre del año 2019. También en su perseverancia junto a Giorgio Jackson y otros lúcidos jóvenes dirigentes en construir una fuerza política de izquierda, levantar la notable candidatura de Beatriz Sánchez el año 2017 y, muy especialmente, mantener su alianza con los comunistas y otras fuerzas de Apruebo Dignidad resistiendo las groseras presiones excluyentes.

Es verdad que el programa de Apruebo Dignidad dista bastante de las reformas necesarias, que no son invento de comunistas sino aquellas que el pueblo exige y el país requiere para acabar con la restauración iniciada el 11 de septiembre de 1973 y retomar su rumbo de progreso allí interrumpido.

Pero el pueblo seguirá bien despierto hasta lograr dichas reformas necesarias, que fueran resumidas tan claramente por la flamante Senadora Fabiola Campillai: "Pensiones dignas, fin AFP, fin endeudamiento educativo, salud y educación gratuita de calidad, recuperación de recursos naturales, justicia y reparación de víctimas y libertad de presos". El triunfo de Gabriel Boric ayudará mucho a conseguirlo más pronto. Mejor si resulta muy amplio, lo que es posible si el domingo se levanta a votar el medio millón de jóvenes populares que configuró la victoria en el plebiscito y elección de la Convención, y se restaron de votar en primera vuelta.

Por todo esto y mucho más, el pueblo enfrentará unido la dura recta final en que los hijos de Pinochet quemarán los últimos canallescos cartuchos de la contraofensiva postrera que ha intentado frenar el arrollador avance popular. Fracasarán. Gabriel Boric será el próximo Presidente de Chile.

(c1)

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