¡Discutamos contenidos!

Hace pocos días el ex ministro Marcelo Díaz escribió una columna en este medio, llamando a un acuerdo sobre la base de “una convergencia de contenidos” entre las autodenominadas fuerzas de izquierda. En esta columna quisiera debatir con esa postura.

Desde Izquierda Autónoma llamamos hace algunas semanas al Frente Amplio para tomar una postura unitaria para el que sea el escenario de segunda vuelta, sobre la base de definir los puntos programáticos centrales de nuestro proyecto. Y es ahí justamente donde la posición del candidato Díaz se vuelve problemática, representativa del historial de las cúpulas concertacionistas de sostener posiciones neoliberales con un nombre socialdemócrata.

Se nos llama a defender el legado del actual gobierno frente a la arremetida de Piñera. Vale la pena recordar entonces que este nuevo gobierno de Michelle Bachelet se basó en la promesa de materializar las demandas del movimiento estudiantil de 2011, la educación pública, gratuita y de calidad.

El rumbo se perdió rápidamente, la reforma educacional se redujo a un aumento de las becas, la reforma tributaria a un acuerdo con el presidente de la Banca y la reforma Constitucional una discusión procedimental que ni siquiera llegó a resultados. Sin negar que hubo una activa agenda legislativa, la noción subsidiaria del Estado, que alimenta el lucro con los derechos universales, se mantuvo intacta si es que no avanzó.

Y a la hora de discutir sobre las candidaturas actuales, el escenario lamentablemente no se esclarece. Los puntos que como Izquierda Autónoma sugerimos como fundamentales son, en una versión resumida, aquellos que hacen avanzar un rol garante del Estado y una agenda de derechos sociales y sexuales-reproductivos.

La candidatura de Beatriz Sánchez ha sido sumamente clara en sus elementos fundamentales: recogimos la propuesta de la coordinadora NO + AFP, nos comprometimos a condonar las deudas por estudiar, asumimos la necesidad de un seguro único de salud, planteamos la necesidad de expandir la educación pública para que sea el eje central de todo el sistema educativo y vamos a anular la ley de pesca.

No es en absoluto claro que estos ejes sean compartidos por las candidaturas que provienen del oficialismo; dentro de la ambigüedad de Alejandro Guillier, de hecho, las pocas cuñas parecen apuntar más hacia lo contrario.

Si la pregunta es cómo derrotar a Piñera, nuestra convicción es que aquello se logrará defendiendo de manera nítida las reformas antes mencionadas. A ese camino convocamos a todos los que se han sentido representados por el anhelo de un Chile justo, incluyendo por cierto a los sectores de la coalición gobernante que una y otra vez han visto sus legítimas expectativas defraudadas.

Por supuesto, no esperamos agotar el debate aquí. Nuestro compromiso es actuar de forma conjunta con el Frente Amplio, y la ambigüedad que proviene desde las dirigencias del mundo nuevamayorista dificulta la discusión. Pero lo que Marcelo Díaz debe comprender es que para poder debatir en serio, lo primero es asumir que el legado de Bachelet no es nuestro proyecto, y que los pilares de nuestros respectivos proyectos país no son los mismos.

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