¡La Araucanía No!

La Sofofa ha realizado una declaración temeraria y totalmente repudiable, nos señala que en la Araucanía “ya no impera el Estado de Derecho”, donde estarían actuando algunos grupos en absoluta impunidad. También agrega, como una oleada de temor, que dicha situación “está causando un grave daño al país y se incrementará el riesgo de extender su amenaza a más sectores del territorio nacional”.

Toda una pieza propia de épocas donde el gran empresariado comienza con declaraciones que van generando una realidad de caos, desorden e inseguridad, normalmente acompañado con notas periodísticas y reportajes de los medios de comunicación que controlan en su gran mayoría los intereses de estos mismos sectores.

Nuevamente tenemos a un grupo de empresarios que operan con una lógica rentista, ideológicamente de extrema derecha y escondiendo u obviando los graves conflictos políticos y sociales. En lugar de tener emprendedores que entiendan que el desarrollo de sus negocios están asociados al desarrollo de todo un país, tenemos activistas políticos que utilizan las asociaciones gremiales para actuar.

El mayor problema es que con la declaración de la Sofofa se retrocede 30, 40 y 50 años de una asociación gremial que plantea como su misión “promover el desarrollo sostenible del sector industrial y el crecimiento económico del país” destacando su “independencia política, solidez de principios, enfoque técnico y prestigio de sus dirigentes”, misión y caracterización que se viene al suelo con una sesgada declaración, carente de rigurosidad técnica y con un marcado sesgo político propio de épocas sediciosas que se creían superadas.

La postura de la actual Sofofa nos recuerda mucho más a las declaraciones incendiarias de su antiguo presidente Orlando Sáenz (1971-1974), quién nos señalaba cosas como “la agonía de la democracia chilena” o  “afirmo que hemos dejado de vivir una democracia real” generando un ambiente de desestabilización política más que actuar como una federación gremial preocupada de ir “impulsando y proponiendo políticas públicas que fomenten la inversión, el emprendimiento, la capacitación permanente de las personas, la generación de empleos y la adecuada inserción de la actividad privada en su entorno” como el mismo gremio indica.

Esperemos que sus dirigentes hagan una autocritica de una errónea declaración y corrijan la estrategia planteada que, dicho sea de paso, afecta enormemente a un sector industrial como es el comercio y la industria del turismo de la Región de la Araucanía.

Por otro lado, los dichos de la Sofofa no reparan de lo injusta que es su declaración para una región que vive un proceso de integración con uno de los pueblos indígenas más importantes del país y con un fuerte arraigo en la zona, crítica solapada a propósito de la decisión del Tribunal de Garantía de Temuco que decidió modificar las medidas cautelares de prisión preventiva de la machi Francisca Linconao, quedando con arresto domiciliario. Sin mencionar el hecho, la declaración de la Sofofa señala que se debe “evitar toda ambigüedad en el compromiso con la paz social, especialmente el otorgamiento de beneficios a los responsables de violencia. Esto implica también la revisión en profundidad de las políticas de tierras y sus errados incentivos”.

En definitiva, nos encontramos frente a una deplorable declaración de la Sofofa que estigmatiza a toda la Región de la Araucanía.

Mientras termino de escribir estas notas, me informo del atentado explosivo a Oscar Landerretche y su familia, quien es presidente del Directorio de Codelco. Espero que sea un repudiable hecho aislado y no se genere una espiral de violencia que siempre comienzan por la vía de la violencia verbal, como es la declaración de la Sofofa.

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