¡Por que no te callas!

Sergio Velasco
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"En boca cerrada no entran moscas", dicho popular español.

Fue una celebrada frase pronunciada por el ahora autoexiliado rey de España, Juan Carlos I, el 10 de noviembre de 2007, dirigida al fallecido Hugo Chávez, presidente de Venezuela, en la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, efectuada en Santiago de Chile, a raíz de sus continuas y desafortunadas interrupciones.

Elegir o no elegir, a escasos días de la elección, ese es el dilema.

Según las últimas encuestas conocidas y los sondeos sin publicar, por disposición legal, el ganador absoluto es Gabriel Boric, aunque yo no confió en ellas, la desesperación del candidato del continuismo-piñerista, José A. Kast, arrastra una derrota, que se manifiesta en sus arrebatos verbales.

Que la elección anterior fue para descalificar a otros, no cabe duda. El balotaje es para dirimir entre las dos primeras mayorías. Donde el candidato del Frente Social Cristiano, Kast, sacó dos puntos de ventaja. Aclaro que el ultraconservador no tiene nada de social, ni menos de cristiano.

Lo que el pueblo realmente clama, ese sufrido personaje que tendrá que decidir entre uno u otro, son otras cosas. Sólo votó el 47% del padrón, la tarea entonces es motivar al 57% de las y los chilenos, a cumplir su compromiso ciudadano, el que lo logre ganará.

Gabriel Boric está dispuesto a levantar la bandera de la perdida honestidad pública post dictadura. Una maldita herencia que nos persigue inexorablemente, sin que hasta hoy se le ponga atajo, lacra que desmotiva al elector. Un programa de gobierno donde sus tres primeros compromisos ineludibles y permanentes con la ciudadanía de a pie, sean tan simple pero tan difícil de cumplir: NO MENTIR, NO ROBAR, NO TRAICIONAR, al país y su sacrificada gente.

Tarea no menor durante los próximos cuatro años, en una difícil primera etapa nos habremos sacudido de la tiranía de los poderes fácticos, entrando en el verdadero camino de gobernabilidad, una ruta empinada cuyo anhelo es y será para siempre la paz y el bienestar como fruto de la justicia social.

Chile, lamentablemente, se destaca por su desigualdad, marcando una diferencia tan grande que divide a la nación entre unos pocos que lo tienen todo y muchos que no tienen nada de nada, sólo esperanzas frustradas.

Kast y sus adláteres han caído en el garlito de la descalificación personal, con argumentos pueriles, donde permiten que sus más cercanos digan la primera insensatez que se les venga en ganas. Una parafernalia esquizofrénica electoral, que en nada ayuda a definir un voto ilustrado de parte de la derecha que añora una vuelta al pinochetismo, con la máxima expresión del representante chileno del Bolsonaro o de Trump.

Personajes siniestros resurgen de lo más profundo del conservervadurismo, imitando a líderes extranjeros, negacioncitas que tanto daño están causando al mundo, con políticas llenas de odio y maldad. Pruebas al canto, el recién electo diputado Johannes Kaiser, del Partido Republicano, declaró que bien estaba la bomba lacrimógena lanzada contra Fabiola Campillai, la senadora primera mayoría por Santiago, que la dejó ciega de por vida; o que a los presos políticos de Pisagua fue necesario fusilarlos, el nazismo del siglo XXI en todo su esplendor.

Más aún, eliminar el Instituto de Derechos Humanos y salirse del Consejo de DD.HH. de la ONU. Romper relaciones con Cuba o Venezuela, por ser dictaduras, No así con China, nuestro principal socio comercial: la incongruencia total.

Kast a las mujeres las trata mal, les cae todo el peso de un machismo del pasado. Parte con eliminar su representativo ministerio. Sólo las casadas recibirán bonos y no podrán abortar según la ley. Olvidó que el feminismo llegó para quedarse y son el 53% de la población nacional, cuyo voto es más que decisivo

No da lo mismo por quien votar, revivir el fascismo de la dictadura es retroceder todo lo avanzado. La campaña de terror está en su pleno apogeo. Esperamos que no cale en la gente como fue en la campaña del peor gobierno que Chile ha tenido, con el actual presidente Sebastián Piñera, quien sin desparpajo alguno le declaró la guerra a sus compatriotas.

La democracia la debemos defender todos y todas, nadie puede permanecer indiferente, esconderse bajo la alfombra será un craso error histórico. La enorme mayoría que votó por el Apruebo, exigiendo paritariamente una nueva Constitución que interprete los cambios pacíficos que el país y la sociedad chilena requiere para los próximos 50 años. Seria inexplicable dejarla en manos de quienes representaron el Rechazo.

Los que vivimos y sufrimos la dictadura cívico-militar en carne propia, 11 veces preso por defender los DD.HH. y la institucionalidad democrática, estamos esperanzado en una nueva revolución en libertad, donde la juventud chilena se sienta interpretada en que vendrán verdaderamente días mejores.

Chile tiene una oportunidad de seguir avanzando, mejorando, rectificando lo hecho mal. Hoy somos distintos, diferentes, otras generaciones están a la vanguardia, pero la patria es una sola, con sus defectos y virtudes. ¡No le defraudemos, por favor!

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