Caso Barros, no más cortinas de humo

“… He incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada…” señaló el Papa a los obispos de Chile en carta fechada el 08 de abril en curso.

Así de claro, valiente y sin rodeos es lo que espera el país se sincere quien o quienes le han ocultado la información de la que reclama el Santo Padre haber sido víctima.

La manipulación de hechos criminales, venga de donde venga, para ocultar o desviar la verdad, deja de manifiesto un desequilibrio mental, valórico y espiritual profundo y grave.

El largo silencio de el o los responsables del mal causado a la máxima autoridad de la Iglesia, demuestra que podríamos estar ante la presencia de sujetos insanos que no tienen capacidad para reconocer sus errores y, menos aún, los daños provocados. 

Ahora, ante el nuevo escenario del documento enviado por Francisco, se escuchan algunas voces pueriles que pretenden convencernos de la inocencia de quienes debieron haber informado claramente, con argumentos que no representan en absoluto lo que esperamos de personas maduras, responsables y educadas para el discernimiento.

Incluso no ha faltado quien ha dicho que las denuncias y acusaciones de abuso sexual son orquestadas por personas mal intencionadas. Sin duda que lo anterior deja claro la insensibilidad y poco tino de su argumento, amén de ridiculizar y desviar el foco central de lo que la carta del Papa expresa. 

No más voladero de luces, cortinas de humo, soberbia y auto defensa. Que surja la verdad, aquella que nos hace libres, fraternos, humildes, auténticos.

Chile lo necesita y la Iglesia más.

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