Cáncer y sentido de vida

Tal vez ahora, en este mismo instante muchas personas están deseando tener una nueva casa, otros un ascenso laboral, un viaje en crucero, comprar otro auto, nuevos planes de vida y un sinfín de proyectos …como contrapartida y ahora mismo hay alguien que sólo quiere una cosa: ganar la batalla contra el cáncer y está luchando para ello.

El cáncer se encuentra entre las principales causas de mortalidad a nivel global, destacando en América Latina y en Chile como la segunda causa de muerte, se estima que esto aumentará ostensiblemente.

La Organización Mundial de la Salud establece que “cáncer” es un término genérico que designa un amplio grupo de enfermedades que puede afectar cualquier parte del organismo.

Según reporte de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer, se diagnosticaron 14 millones de casos nuevos (2012) produciéndose 8,2 millones de muertes por esta causa.

De acuerdo, a la última versión del reporte mundial de cáncer (2014), es posible observar un patrón de distribución de aparición de cáncer entre países, evidenciando que la incidencia y la mortalidad no se asocian al desarrollo de los países de la misma manera.

De hecho, se observan mayores tasas de incidencia en países de mayor poder económico, relacionándose esto con estilos de vida producto de este desarrollo, como el consumo de tabaco y las dietas no saludables.

En cambio, se observa mayor mortalidad en aquellos países con menores niveles de desarrollo, que son los que presentan menos incidencia de la enfermedad.

El cáncer de mama y del cuello del útero en las mujeres, y próstata y pulmón en hombres son los que generan la mayor mortalidad en esta región.

En Chile, los cánceres constituyen la primera causa de carga de enfermedad, con casi 14% del total de años de vida perdidos por discapacidad[i].

Estudios nacionales revelan que la población de menor nivel socioeconómico muere más por cáncer que aquellos más acomodados. Esta diferencia se ha reducido en el tiempo, probablemente gracias a la inclusión de algunos cánceres en el régimen de Garantías Explícitas en Salud, que permitió el acceso a diagnóstico y tratamiento.

El cáncer no respeta género, edades, niveles de riqueza, lugar donde vivimos, es una amenaza presente siempre, que sorprende, nos deja perplejos como una sentencia de muerte. La palabra cáncer es como decir: el fin ya ha llegado.

Como un prisionero de Auschwitz, en el rehén del cáncer parece que todo conspira para perder los cimientos y asideros, sin embargo queda "la última de las libertades humanas", la capacidad de "elegir la actitud personal, la elección de ser "digno de su sufrimiento" que manifiesta la capacidad humana para elevarse por encima de su aparente destino.

La ciencia y la medicina seguirán afanadas en encontrarle cura al cáncer, mientras muchos seres humanos siguen presos en un aparente cautiverio que es sensible a cualquier intento de restablecer la fortaleza interna.

Como dijo Frankl[ii] tomado de Nietzsche, "quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo".

Así, siempre que uno tiene que enfrentarse a un destino que es imposible cambiar, entonces se le presenta la oportunidad de realizar el valor supremo. Ahí aparece la unicidad y la resolución que diferencian a cada individuo y confieren un significado a su existencia, pues el hombre que conoce el "porqué" de su existencia podrá soportar casi cualquier "cómo”.

Dejemos a la investigación y a los avances tecnológicos que hagan lo suyo, pero no olvidemos a los que están recluidos hoy en esta maldita enfermedad, que aún así les brinda la oportunidad de elegir el talante de vivir.

[i] Fuente: Ministerio de Salud de Chile, 2013.

[ii] Viktor E. Frankl: El hombre en busca de sentido.

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