Control de enfermedades crónicas frente al Covid-19

De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud, más de 11 millones de personas viven con - al menos - una enfermedad crónica, y más de 9,7 millones con dos o más de éstas; casi el 30% de la población mayor de 15 años presentaría hipertensión, poco más del 12% sería diabético, el 24.5% tendría sospecha de síntomas respiratorios crónicos y los mayores de 40 años una prevalencia del 16% para Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que más de la mitad de nuestra población fallece por este tipo de enfermedades.

Este pronóstico no es alentador cuando Chile enfrenta la emergencia de salud pública más importante del último siglo como es la pandemia del coronavirus, responsable del Covid-19, y que según la experiencia internacional y la propia OMS, afecta con mayor gravedad a pacientes crónicos y personas de la tercera edad.

Según un análisis realizado por el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China, un 32% de los pacientes Covid-19 positivos padecían algún tipo de enfermedad crónica, siendo la diabetes la más común con un 20%.

Por su parte, en un estudio realizado en la ciudad de Wuhan  que analizó 1099 pacientes, 173 tenían enfermedad severa y en éstos con morbilidades como hipertensión (23,7%), diabetes mellitus (16,2%), enfermedad coronaria (5,8%) y enfermedad cerebrovascular (2,3%).

Por esto, es fundamental que pacientes mayores de 60 años y con afecciones crónicas sigan estrictas medidas de cuidado y adherencia a tratamientos respecto al manejo de sus patologías de base.

Las descompensaciones podrían disminuir su calidad de vida y elevar los índices de hospitalización, contribuyendo a debilitar aún más su sistema inmune, a colapsar los servicios sanitarios y facilitar la propensión al contagio de éste u otros virus y bacterias que pueden generar un incremento en la mortalidad de estos pacientes.

En este sentido, la falta de cumplimiento con las terapias farmacológicas podría traer consecuencias clínicas graves que, sumando un eventual contagio por coronavirus, podrían resultar fatales.

También, es importante mantener hábitos saludables y continuar con el autocuidado, conservando las pautas de alimentación específicas  o ejercicios determinados, en caso de pacientes con EPOC, ya que mantenerse activo no sólo contribuirá a su estado físico, sino también al bienestar emocional.

No todos los pacientes crónicos desarrollan una enfermedad que requiera de hospitalización o manejo especializado, pero sí son más propensos de hacerlo, por lo que la continuidad de su tratamiento farmacológico es clave para enfrentar un posible contagio de la mejor manera posible. 

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