El principio del fin a los abusos de las Isapres

Desde hace años las Isapres se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para los miles de usuarios que están en su red y todos tenemos un familiar o amigo cercano que ha padecido más de un problema con las aseguradoras.

Por ello cuando el gobierno se abrió a la posibilidad de hacer una reforma al sistema de salud privado, como oposición vimos la oportunidad de hacer cambios de verdad y no sólo cosméticos para así terminar con el abuso de las aseguradoras, que por años han usufructuado del bolsillo de las personas que vieron en este modelo una forma de acceder a un mejor sistema de salud.

Todos sabemos que la prioridad de las Isapres - como de toda empresa privada -  es la generación de utilidades para sus dueños, y no la provisión de una salud de calidad a sus usuarios, que incluya, por ejemplo, la prevención.

Esto debe cambiar y desde la presidencia de la comisión de Salud del Senado estamos impulsando una batería de indicaciones al proyecto de ley que presentó el ministerio de Salud y el martes recién pasado tuvimos nuestro primer logro.

De manera unánime, la comisión voto a favor de poner fin a la declaración de salud; es decir, se elimina la discriminación por la condición de salud de las personas y, por lo tanto, las preexistencias que hasta hoy mantienen cautivos a muchos de los usuarios.

Con esto se termina con el principal abuso de las Isapres porque se elimina la discriminación a las personas enfermas.

Otra de las indicaciones a la que se dio luz verde es la que establece un precio único, por Isapre, por el plan de salud universal.

Hoy las aseguradoras tienen miles de planes y cobran valores diferentes asociados a esos planes. Con este cambio, sólo podrán ofrecer hasta tres planes, diferenciados solo por la red de centros clínicos de salud que ofrecen.

Por lo tanto, en adelante, no importa si eres viejo o joven, mujer u hombre, sano o enfermo, la Isapre no podrá cobrar precios diferentes ni rechazar la afiliación por razones de edad, sexo o condición de salud.

Un punto importante es que también se rebajó en un 50% el precio para las cargas familiares, incluidos los estudiantes menores de 28 años. Sin duda una buena noticia para las familias porque hoy la edad límite es 24 años.

Por otro lado, el proyecto original del Gobierno no consideraba a las prestaciones incluidas en la modalidad de libre elección de Fonasa dentro del piso mínimo del nuevo plan de salud universal. 

Esto ha sido revertido por la comisión de salud reponiendo estas prestaciones dentro de este plan.

Todo esto constituye un gran avance, pero todavía hay temas pendientes.

Resta poner término a otros abusos e incorporar mayor solidaridad al sistema de salud en su conjunto, porque hasta hoy la mayor cantidad de población con problemas de salud se encuentra en Fonasa.  Se necesita cambiar también el sistema de licencias médicas que permite el rechazo de ellas por parte de las isapres sin fundamento alguno.

Lo que buscamos con estas y otras reformas es que el derecho a la salud no se limite a una garantía para los que tienen los recursos a elegir entre atenderse en el sector público o privado.  Mucho más que eso, todos quienes habitamos este país debemos tener derecho a un acceso efectivo, igualitario y de calidad a una atención de salud integral.

Es bueno que el gobierno entienda que los cambios hay que hacerlos en beneficio de los usuarios y no de las Isapres. ¡Así se claro!

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