Enfermedades cardiovasculares y medicamentos

Cristián Plaza
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Las enfermedades cardiovasculares se mantienen como la primera causa de muerte en Chile y el mundo. En la evaluación de riesgo cardiovascular, aquellos factores que es posible modificar a través de  intervenciones sanitarias son abordados de forma interdisciplinaria en el sector público, principalmente por los equipos de los centros de salud primaria, donde los usuarios entran en contacto con el sistema de salud.

Los factores de riesgo como la hipertensión arterial, colesterol elevado, diabetes mellitus, consumo de tabaco, obesidad y sedentarismo, pueden cambiarse, solo si hay un cambio de conducta por parte del paciente. Son sus estilos de vida, la principal causa de estos problemas de salud, que pueden solucionarse, en parte aumentando el nivel de ejercicio y suspendiendo el consumo de tabaco. Sin embargo, asegurar que ocurran cambios de conducta en la vida de las personas no es tarea fácil.

Considerando esta dificultad, se opta por el uso de medicamentos, lo que plantea un nuevo desafío, que los pacientes adhieran a los tratamientos. Los conflictos en esta área pueden surgir porque el paciente no puede tomarse sus medicamentos, por ejemplo, que el comprimido sea muy grande para poder tragar o que no pueda distinguir bien cuál es el comprimido que debe tomar. Por otro lado, en muchas ocasiones el paciente no quiere tomarse sus medicamentos, tanto por miedo a reacciones adversas, como porque duda de la efectividad que estos puedan tener para sus condiciones.

Por otra parte, a pesar que el gobierno ha impulsado el Fondo de Farmacias (FOFAR) que debería asegurar el stock de los medicamentos para patologías cardiovasculares, este no incluye medicamentos fundamentales para el tratamiento por ejemplo de la Diabetes Mellitus tipo II o el colesterol alto. Aun así, el FOFAR ha contribuido a dotar a los centros de atención primaria de Químicos Farmacéuticos que aseguren el uso racional de los medicamentos.

El Químico Farmacéutico, es especialista en toda la cadena de utilización de los medicamentos, partiendo desde la selección (qué medicamentos vamos a comprar), adquisición, almacenamiento y finalmente utilización.

Por ello, debiese tener una mayor injerencia en la elección de un arsenal mínimo para tratar a los pacientes del sector público de la misma forma que aquellos del sector privado, utilizando la evidencia clínica y de costo efectividad que asegure una utilización lógica de los recursos. Por otra parte, las actividades administrativas han ido en desmedro de la intervención del Químico Farmacéutico en la utilización de medicamentos que se puede  desarrollar tanto en la prescripción, colaborando con el equipo clínico en su uso racional, basado en la evidencia y personalizado a la realidad de cada usuario, como en la utilización y adherencia directa de éstos a las indicaciones entregadas por los equipos de salud, mediante  intervenciones educativas tanto con los pacientes, como sus cuidadores en el caso que corresponda. 

En el área de la utilización de los fármacos, en el caso del sector público, está descrito en las orientaciones técnicas 2017 del Programa de Salud Cardiovascular, que el Químico Farmacéutico debe participar colaborando con el equipo clínico en el control de las patologías cardiovasculares.

En este contexto, el Programa Polaris, que impulsa la Facultad de Química de la Universidad Católica en colaboración con la Universidad Tecnológica de Sydney y la Universidad de Granada, plantea una intervención denominada Seguimiento Farmacoterapéutico, que diseña una metodología de trabajo clínico adaptada a la realidad chilena de atención primaria de salud enmarcada en el modelo de Salud Familiar.

A través de esta intervención se realizan controles a pacientes adultos mayores los que ya se están beneficiando de contar con el aporte de un profesional experto en medicamentos, mejorando el control de enfermedades como hipertensión, diabetes y dislipidemia. Otro resultado importante ha sido la excelente acogida que ha tenido en los pacientes el atenderse con un Químico Farmacéutico, al cual ahora llegan a consultar frecuentemente a la farmacia de los centros de salud.

Analizando estos resultados preliminares, podemos decir firmemente que el Químico Farmacéutico puede ser un gran apoyo para mejorar el control de las enfermedades y la calidad de vida de pacientes crónicos, especialmente los adultos mayores y aquellos que consumen un gran número de medicamentos.

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