¿Hasta cuando la salud un bien de consumo?

Tomás Lagomarsino

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Hace unos días  finalizó el segundo Gobierno de Michelle Bachelet. Mandato que quedó en deuda con un área tan importante y sensible como lo es la salud. Prueba de ello es el proyecto de nueva Constitución y que no hemos querido dejar de analizar. En el artículo dedicado a los derechos fundamentales se aborda la salud, pero nuevamente, y al igual como lo hace la actual Constitución, no la concibe como un derecho, sino que mantiene el rol subsidiario del Estado. 

Mientras la Comisión Asesora conformada por la presidenta en 2014 recomendó avanzar hacia un modelo de salud más solidario, el proyecto mantiene la división entre aquellos que pueden pagar por un sistema privado, administrado por las Isapres, y uno público, encabezado por Fonasa. Es decir, continúa concibiendo la salud como un bien de consumo y a las Isapres como entidades que pueden estar a cargo de la seguridad social y por tanto ocupar la cotización obligatoria del 7% de la salud, siendo que lucran con esos recursos y actúan como seguros. 

Como Fundación Equidad Chile seguiremos manifestando que es injusto que nuestro sistema divida y seleccione a las personas entre aquellos con más recursos que pueden pagar una Isapre y aquellos más pobres que forman parte de Fonasa y que es el 80% del país.

Dada esta discriminación el fondo público queda conformado por quienes tienen más riesgo de salud dadas sus determinantes sociales y de existencia.

Tenemos claro que en el nuevo Gobierno no se avanzará en esta visión de la salud como un derecho, pero estamos comprometidos a seguir impulsando esta bandera de lucha y vigilar que no se fortalezca el sector privado a costa de los recursos de todos los chilenos y de la seguridad social.