Ley de Traspaso Hospital Padre Hurtado, duro golpe a la salud con mirada empresarial

Después de más de un año de tramitación legislativa, finalmente el Congreso aprobó el traspaso del Hospital Padre Alberto Hurtado a la red pública del Servicio de Salud Metropolitano Sur Oriente, dando paso al fin de un modelo de gestión impulsado durante el gobierno de Ricardo Lagos, el que buscaba encontrar una solución a la administración de hospitales,  que permitiera dar respuesta al problema de salud que vive nuestro país. 

Este es el resultado de años de denuncias de los trabajadores, los que fueron ratificados, por informes del MINSAL y SSMO durante el año 2016 y que dieron cuenta del fracaso del modelo “experimental” que caracterizó la administración de este recinto hospitalario, que bajo el prisma empresarial de autonomía y flexibilidad, pretendía demostrar que el problema de la salud era solo un tema de gestión. 

Pero tal como argumentaron los parlamentarios su decisión de traspasarlo a la red pública, este modelo “experimental”, no dio los frutos esperados. Más aún, sólo dio cuenta del déficit estructural que hoy tiene el sistema y que la solución al problema de salud no es reemplazar las direcciones de establecimientos por gerencias o dotar de mayores facultades al director de un hospital, o flexibilizar el tipo de contrato que tienen los trabajadores. 

Los trabajadores sufrimos con la instalación de este modelo, que prometía una mejora económica sustancial respecto de lo que ofrecía el sistema centralizado de salud y solo terminó generando trabajadores de primera y segunda categoría, viendo mermados sus salarios durante años y careciendo del legítimo derecho a la estabilidad laboral y reconocimiento a su trabajo. 

Sin embargo, vemos con preocupación que, de todas formas, se instala en la sociedad chilena la idea que da lo mismo si el problema de la salud pública se resuelve bajo una modalidad que obedezca a la lógica de mercado.  

Al parecer, aún no se calibran en su real dimensión, los efectos nefastos de los 19 años del modelo experimental del hospital Padre Alberto Hurtado; ni  los años de funcionamiento de los hospitales Maipú y la Florida; ni los costos que ha significado el traspaso de recursos públicos al sistema privado; ni los bonos portables y así, un largo etcétera de intentos del “mercado” o de la sociedad público-privado, de solucionar el problema de la salud de todos. 

¿Hasta cuándo entonces vamos a seguir con los “experimentos” de gestión empresarial en salud?

¿Hasta cuándo los trabajadores seguiremos pagando el costo de la crisis de la salud producto de soluciones que se elaboran bajo la mirada de “expertos” que están muy ajenos al funcionamiento y a las necesidades de la población? 

Porque, sin duda, no da lo mismo el modelo de administración. Es por ello que hoy debemos reafirmar la necesidad de fortalecimiento del sistema público de salud. Y no es solo una cuestión de resguardar la estabilidad de laboral, sino también nos debe interesar la inversión de nuestros recursos. 

Invertir en más salud pública, es terminar con el lucro que algunos hacen a partir de la enfermedad o de la vida de otros. Es poder pagar un precio justo por la atención.

 Es poder instalar la prevención y promoción en el centro de nuestra población.

Es volver a mirar la salud como un estado de completo bienestar y no como es en la actualidad: un problema de enfermedades no resueltas enquistado en la sociedad, donde las personas son consideradas clientes, en lugar de pacientes. 

Durante años hemos planteado, junto a organizaciones sociales y políticas que es “el año de la Salud”, generando expectativas de reales cambios a propósito del modelo y de la necesidad más sentida de la población, pero sin desmerecer estos esfuerzos por visibilizar la problemática, hoy se hace fundamental tener clara conciencia, que tenemos el deber moral de enfrentar este problema  como sociedad porque afecta directamente la vida de las personas. 

Debemos avanzar no solo endesterrar modelos “experimentales” como el que se había implementado en el Hospital Padre Hurtado, también debemos alzar la voz cada vez que se intente buscar soluciones “parches” a través de la lógica de mercado.

El camino es una reforma estructural del sector, cuyo cimiento sea el derecho al completo bienestar físico, psíquico y social que debe garantizar el Estado a todo ser humano.

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