¿Por qué realmente me opero?

La operación siempre debe ser el último recurso al que acudamos desde el punto de vista de la cirugía estética. Es raro que la premisa salga precisamente de mí, un profesional que se dedica a esto, pero éticamente.

Romper con los estereotipos es un deber, así como también respetar a quienes desean corregir o mejorar su apariencia de la forma que les acomode.

Pongámonos en contexto. Después de la flexibilización de medidas producto de la pandemia, muchas personas están tratando de corregir lo que no les gusta de sí mismos y que han detectado sobre todo a través del teletrabajo. Hoy en día nos estamos enfrentando a pantallas mucho más que antes. Tenemos videoconferencias, videollamadas y vemos cosas que antes no veíamos.

Por lo tanto, sí, hay muchas nuevas consultas para poder corregir con pequeños tratamientos dermoestéticos como toxina botulínica, ácido hialurónico esas pequeñas imperfecciones. Por otro lado, producto de la pandemia, la falta de ejercicio, la confinación, el estrés, la angustia, muchos hemos subido de peso y con eso viene un aumento en la consulta de cirugía plástica. Todos quieren que los ayudemos para poder verse y sentirse bien.

El hecho de poder circular, de poner exponer el cuerpo y verse al espejo ya hace sentirse mucho mejor y eso es lo que mucha gente anhela. Pero, ¿esas "imperfecciones" realmente necesitan un paso por bisturí? ¿Es realmente necesario que me opere, cuando existen alternativas menos invasivas?

En mi última columna manifesté que un paciente que va a operarse tiene que ser alguien que está en su mejor momento, en sus mejores condiciones, y poder resolver algo que no se resuelve de otra forma. Y cuando me refiero a su mejor condición, la salud mental es un factor que no se puede transar.

Por ejemplo, cuando una persona empieza a perder la elasticidad de la cara o empieza a caer la cara y ahí uno debe realizar un lifting facial. Otro ejemplo es cuando caen los párpados, hay un abdomen delantal o caen las mamas. Esas son cirugías necesarias porque claramente yo no puedo revertir esos cambios en el cuerpo con ejercicio o con otras cosas.

Siempre habrán caminos para alcanzar nuestros objetivos, pero al momento de decidir operarse hay que tener toda la información disponible, ser un paciente responsable que conoce a lo que se someterá, buscar recintos que cuenten con todas las condiciones para un procedimiento seguro y, sobretodo, asesorarse con profesionales acreditados de la salud, especialistas en cirugía plástica y con un equipo interdisciplinario para aminorar cualquier riesgo.

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