Mayo, mes de la madre y el doble rechazo para nosotras

Mayo comenzó con la conmemoración del Día del Trabajador(a), y pocos días después le siguió la celebración del Día de la Madre. Pero lamentablemente esta coincidencia de fechas, salvo avances como la aprobación del proyecto de ley de 40 horas, irónicamente nos ha dejado una serie de señales que dejan poco que celebrar, sobre todo para las mujeres con labores de cuidado.

Si bien ser madres no necesariamente convierte a las mujeres en cuidadoras o incluso en cuidadoras informales, para todas ellas no debiese ser indiferente que el pasado viernes 26 de mayo el Gobierno estaba comprometido a presentar el proyecto de ley de conciliación laboral y familiar, que otorgaría el reconocimiento del trabajo de cuidados no remunerado en el Código del Trabajo, y también establecería el derecho laboral a teletrabajo o jornadas híbridas para trabajadores y trabajadoras con responsabilidades de cuidado, pero todo indica que el proyecto se guardará en un cajón y no verá la luz en mucho tiempo.

Se preguntarán por qué: por la presión mediática y política de sectores que poco y nada conocen ni les importa la realidad de miles de mujeres que ven limitada o completamente excluida su participación del mundo laboral. Hay que decirlo, lamentablemente está comprobado por muchos estudios, que este rol y tarea de cuidado recae -en promedio- 90% en las mujeres.

Asimismo, este martes 30 la Comisión Experta del Consejo Constitucional despachó el anteproyecto que discutirán desde el 7 de junio las y los 50 consejeros(as), y nuevamente se enfrentará un proceso de máxima importancia para el país con la total exclusión de temáticas de cuidado de terceros y reconocimiento de estas labores en la carta fundamental. Algo que con mucho esfuerzo se había logrado al menos en la versión anterior -que no fue aprobada- del texto constitucional.

El derecho al cuidado, en sus distintas dimensiones, ha sido reconocido por el derecho internacional y por tratados ratificados y vigentes en Chile, pero en nuestro país una y otra vez perdemos la oportunidad para hacernos cargo como corresponde de este tema. Por cierto, este es un tema país de máxima importancia y no de "nicho", cómo piensan algunos sectores.

Pese a que han existido instancias para avanzar, como la iniciativa "Mesa Técnica de Conciliación Trabajo, familia y Vida Personal" entre el Ministerio del Trabajo y Previsión Social, la Organización Internacional del Trabajo y el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, donde además se inscribieron más de 160 organizaciones e instituciones del sector privado y la sociedad civil, donde se discutió la problemática y se levantaron los insumos para el proyecto de Ley de Conciliación. Lamentablemente se sigue postergando esta realidad, cuando debería ser un asunto de máxima prioridad debido a la crisis de cuidados que enfrentamos y a los y las miles de cuidadoras que existen en el país.

Actualmente la población adulta estimada en Chile que presenta algún tipo de dependencia -leve, moderada o severa-, es cercana al 9,8% (1.498.977 personas) según los datos de la última Encuesta de Discapacidad y Dependencia (ENDIDE) 2022. De estas 1.498.977 personas con algún tipo de dependencia a nivel nacional, un 41,5% cuenta con algún cuidador(a) que reside en el mismo hogar, por lo que se presupone que corresponden a hombres y mujeres dedicados a su cuidado.

Este dato se cruza con un estudio del Centro UC de Políticas Públicas (2021), que muestra que en Chile 25,9% de las ocupaciones podrían realizarse mediante teletrabajo a nivel nacional, correspondiente a 1.993.927 personas. Necesitamos generar las instancias para congeniar estar realidad

Las mujeres, que casi en su totalidad son las que ejercen como cuidadoras en nuestro país, al ser invisibilizadas por las políticas públicas, son condenadas a una posición de vulnerabilidad, falta de apoyo, de herramientas de autocuidado y postergación con ellas mismas, pagando con ello los costos del progreso de sus familias y del país.

Como hemos visto en los últimos días, el aumento de las cifras de desempleo han impactado principalmente en las mujeres, quienes sabemos han sido las más perjudicadas desde que comenzó la pandemia, principalmente por la dificultad de congeniar la vida laboral y familiar, además de la gran sobrecarga y deterioro de su salud mental que esto ha significado.

En Fundación Ronda conocemos esta realidad de cerca, ya que hemos trabajado con cientos de mujeres en el programa Protagonistas -que busca facilitar espacios de empoderamiento, autocuidado, corresponsabilidad y habilidades digitales en mujeres cuidadoras-, en diferentes comunas del país. Entendemos lo difícil que es para ellas ingresar o reinsertarse al mercado laboral en trabajos con horarios rígidos o que no les permiten complementar sus labores de cuidado.

Por ello, hacemos un llamado urgente a no esconder bajo la alfombra esta problemática, y hacerse cargo de la falta de apoyo y oportunidades que aquejan a miles de mujeres cuidadoras, para que tanto el debate constitucional como las políticas públicas reconozcan esta labor, y se otorguen herramientas para que estas mujeres puedan continuar con sus labores de cuidado, pero también puedan desplegar sus talentos y habilidades en el mundo del trabajo. Una buena implementación de estas políticas públicas resguardaría que no se precarice el trabajo femenino como muchos han señalado, sino más bien se consolide como una opción válida y digna para ejercer su derecho laboral, sin ser tampoco una amenaza para el empleador sino más bien un aporte a la diversidad y productividad laboral de su organización.

Estamos a tiempo, con la pronta instalación del nuevo Consejo Constitucional, y en el contexto de una nueva cuenta pública del Presidente de la República, de reponer en el debate público y darle por fin un cauce legislativo a este tema que no aguanta una nueva exclusión, porque si no efectivamente será un mes de conmemoraciones que se quedará solo en buenas intenciones y finalmente dejará un doble rechazo al reconocimiento de las cuidadoras en el país.

Tanto así, que ya somos decenas de organizaciones a lo largo de todo Chile que nos hemos reunido bajo el lema #Entretod@savanzamos, esperanzados/as de darle un vuelco a este adverso panorama que una vez más deja fuera a las que más nos necesitan. Solamente pedimos sentarnos en la mesa todos y todas, a dialogar y tomar decisiones, pero esta vez... incluyendo a las mujeres cuidadoras.

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