Déficit habitacional, soluciones creativas a un gran problema

Las noticias sobre el desalojo de la toma en el cerro Renca son impactantes, no sólo por el drama que viven las familias, sino que por la evidencia patente de que la política habitacional de nuestro país no está dando el ancho. Afectados por la pandemia, tenemos un desempleo que no baja de los dos dígitos y si sumamos el aumento de valor de los arriendos, se puede explicar la explosión de campamentos en nuestro territorio.

Las respuestas a este gran problema pueden ser pequeñas y creativas soluciones, hemos visto como el subsidio de arriendo del Minvu ha ido ganando terreno en nuestra sociedad, hemos visto también como viviendas de arriendo justo se pueden ejecutar, como lo muestra el caso de la inmobiliaria popular del alcalde Daniel Jadue en la comuna de Recoleta, por lo que creo que una de las pequeñas soluciones que pueden aportar a amortizar el problema del acceso a la vivienda, es ampliar la oferta de viviendas públicas por parte de los municipios o de organizaciones sin fines de lucro.

La vivienda en arriendo presenta dos dificultades, la primera es el financiamiento, tanto para construir la vivienda como para adquirir suelo urbano cercano a servicios; la segunda, su administración.

La primera dificultad, el financiamiento, la debe asumir el Estado, dado que los municipios y ONGs pueden ser "entidades patrocinantes" y pueden acceder a subsidios del Minvu, y complementar estos montos con aportes de los gobiernos regionales.

La solución parte por robustecer y promover la construcción de viviendas en arriendo con precio tope. En este caso, el Minvu debería crear unidades en los Serviu de cada región, que promuevan y asesoren a los municipios para la construcción de estas viviendas en arriendo y ponerse como meta la construcción de un determinado número de viviendas en arriendo, a través de los municipios u ONGs.

La segunda dificultad, la administración, debería zanjarse a través de municipios y ONGs, financiándose con los arriendos a precio justo que paguen las familias directamente, o a través del subsidio de arriendo, ya que el costo de la construcción ya se cubrió con el subsidio de construcción del Estado.

Este subsidio de arriendo no debiera aspirar a reemplazar la entrega de viviendas a las familias, sino que convertirse en una herramienta más para que el Estado dé acceso digno a viviendas, y así las personas pueden ahorrar para postular a una vivienda definitiva y no tener que verse sin más alternativa que irse a un campamento. Al final del día va a ser más eficiente, tanto en recursos como en tiempo, contar con una batería de viviendas en arriendo a lo largo del país, que inyectar recursos para factibilizar y dejar en buen estado tomas de terrenos, ya que esto último toma años y consume muchos más recursos que construir estas soluciones.

Si alguien se pregunta por qué el Ministerio de Vivienda no construye y administra directamente las viviendas en arriendo, la respuesta es simple: la Constitución actual se lo impide, dado el carácter de Estado subsidiario que tenemos.

Este tipo de soluciones se puede implementar este año, ya que el presupuesto 2021 del Minvu tiene una glosa que le permite entregar recursos a las "entidades patrocinantes", pero no se ha dictado una resolución que indique cómo se postulará a estos subsidios o si hará un llamado durante este año para poder hacerlo.

Esperemos que en un año de elecciones los candidatos a gobernadores regionales se comprometan a complementar los subsidios de construcción, que los candidatos a las Presidencia se comprometan a ampliar el abanico de posibilidades de soluciones habitacionales y que los candidatos a la Convención Constituyente incluyan el acceso a la vivienda digna en la nueva Carta Magna.

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