Los All Blacks sufrieron para derrotar a los Pumas como locales en el Rugby Championship
El encuentro se disputó en New Plymouth.
Los argentinos se fueron con ventaja al descanso, pero no lograron sostenerla.
El encuentro se disputó en New Plymouth.
Los argentinos se fueron con ventaja al descanso, pero no lograron sostenerla.
Con más apuros de los previstos, los All Blacks de Nueva Zelanda se impusieron por 39-22 en New Plymouth a los Pumas de Argentina, en la tercera jornada del Rugby Championship, el torneo que reúne a las potencias del hemisferio sur.
Con todo en contra, acuciados por las críticas sufridas tras sus últimas actuaciones, los argentinos ofrecieron su mejor versión y llegaron a poner contra las cuerdas a un equipo al que no han logrado derrotar en 29 enfrentamientos.
Bajo la lluvia, con una defensa épica y acierto pleno en sus lanzamientos a palos, el equipo de Daniel Hourcade creyó en el milagro en el Yarrow Stadium, donde sorprendió durante una hora a unos irreconocibles All Blacks, que confiaron demasiado en su línea ofensiva.
Argentina llevó el juego al campo neozelandés en los primeros 40 minutos y desde ahí pudo patear a palos, con una actuación descollante de Nicolás Sánchez (16 puntos), que se acerca al centenar de puntos como el argentino que más ha anotado a los All Blacks en su historia, bien acompañado en el acierto con el pie Emiliano Bofelli.
Los Pumas concluyeron con ventaja el primer tiempo (15-16), tras conseguir su único ensayo e, incluso, hicieron saltar las alarmas de los All Blacks, con nuevas conversiones de Sánchez y Bofelli, más la tarjeta amarilla que envió diez minutos fuera del campo a Barrett.
Sin embargo, con una desventaja de siete puntos y un jugador menos, despertaron los neozelandeses para demostrar por qué son considerados el mejor equipo del mundo.
Entró al campo Lime Sapoaga, que convirtió casi todo lo que tiró a palos, despertó Vaea Fifita, que acto seguido logró un ensayo pleno de potencia y, se deshizo el orden argentino, que entregó el partido ante la velocidad de la ofensiva oceánica, que aumentó su ventaja con los ensayos de Damian McKenzie y Bauden Barret y el acierto al patear de Sapoaga.