Charly García revivió la ferviente e incombustible relación con Chile

Es evidente el paso de los años, especialmente en la voz, hay una fragilidad que ronda a Charly García durante todo el show, una que también conmueve en cada una de sus canciones y que revela por qué es uno de los músicos más destacados de Argentina, y uno de los más idolatrados a este lado de la cordillera.

A las 21.30 y tal como estaba agendado, comenzó el show con un Charly sentado en un gran sillón, cual trono de un rey, rodeado de sus teclados, el arma con el que ha ganado toda su popularidad. Es casi nada lo que se mueve, salvo sus brazos para hacer sonar como nunca antes los teclados y la guitarra, pero esa reposada imagen la compensan los músicos que lo acompañan y la voz que lo apoya, la de Rosario Ortega, en cada una de las canciones.

Son 50 años de carrera los que repasó sobre el escenario, con Serú Girán y Sui Generis incluidos, pero donde también mostró temas de su más reciente álbum, "Ramdom", lanzado en 2017, en un show que duró una hora y media y donde interpretó 21 canciones.

El público, que agotó hace un par de días las entradas para el concierto, gritó con cada estrofa de alguna popular canción y aplaudió cada intervención de García, como si se tratara de una despedida. A la salida del show, muchos lamentaron lo corto del espectáculo y quizás, la quietud del músico, pero aplaudieron la intensidad de sus canciones, en un inexplicable e incombustible vínculo con Chile.

El músico ahora se marcha a Buenos Aires, las giras ya no son tan intensas como hace años y se toma más de un mes entre show y show, de esta última gira llamada "La torre de Tesla".