Giorgio Armani no asistió al desfile en Milán de su colección primavera-verano para hombre debido a su convalecencia tras una hospitalización; sin embargo, su esencia estuvo presente en la pasarela, donde predominaron la elegancia atemporal, la comodidad y los volúmenes holgados, pilares de su firma.
El diseñador, que cumplirá 92 años próximamente, delegó la presentación en su colaborador Leo Dell'Orco. Según un comunicado, Armani se encuentra "bien", pero decidió "recuperar fuerzas" para poder atender sus próximos compromisos en París.
La colección, fiel al estilo clásico de Armani, incorporó tejidos ligeros como gasas, siluetas amplias y calzado informal, incluyendo sandalias y zapatillas, tendencia también vista en otras marcas milanesas.
Los trajes de chaqueta, en tonos como azul marino, gris marengo y arena, fueron protagonistas, combinados con accesorios relajados. Las camisas en raso con motivos geométricos alternaron entre el beige diurno y tonalidades vibrantes como violeta y azul eléctrico para looks nocturnos.
La inspiración marítima se reflejó en detalles como cuerdas y nudos usados como cinturones o en bolsos. Además, la colección incorporó un guiño étnico, con bordados coloridos, lino y sombreros de paja, continuando la línea presentada días antes en Emporio Armani.