Los delincuentes habrían atacardo a la patrulla, lanzándoles piedras, ladrillos y amenazando con armas contundentes.
Se trata de un grupo de al menos 15 sujetos en el río Mamoré.
Un grupo de agentes de la Armada de Bolivia sufrió un ataque por parte de supuestos contrabandistas de combustible en el río Mamoré, cerca de la frontera con Brasil.
Así informó este jueves el Viceministerio de Lucha contra el Contrabando, que explicó a los medios que el ataque se produjo el miércoles en la tarde mientras que el personal naval efectuaba "una operación de interdicción" a un grupo de al menos unas 15 personas "que estaban transportando combustibles" en barcazas.
"Estos delincuentes empiezan a atacar a la patrulla, lanzándoles piedras, ladrillos y amenazando con armas contundentes", indicó el viceminsitro de Lucha contra el Contrabando, Luis Velásquez.
Velásquez dijo que los presuntos contrabandistas lograron desviar su trayecto y desembarcar en la orilla brasileña del río, "lo que impidió a la patrulla realizar el decomiso correspondiente".
El combustible, que recibe una subvención estatal, junto con los alimentos son retirados del mercado boliviano para venderlos en países vecinos a un mayor precio, una actividad que el Gobierno ha calificado como "contrabando a la inversa".
Este es el segundo ataque que sufren los miembros Comando Estratégico Operativo de Lucha Contra el Contrabando (CEO) en menos de un mes.
Hace tres semanas, dos militares bolivianos resultaron heridos durante una emboscada en la población occidental de Patacamaya por parte de un grupo de contrabandistas que intentó recuperar un camión confiscado con mercadería ilegal.
Desde 2018, año en el que se creó ese viceministerio, 16 militares murieron, 176 resultaron heridos y quedaron incapacitados después de sufrir los ataques de grupos vinculados al contrabando.
Las autoridades bolivianas identificaron que en la frontera con Chile, de 850 kilómetros de longitud, existe más de un centenar de rutas clandestinas que son utilizadas por los contrabandistas.
Otro punto conflictivo es el lago Titicaca, compartido por Perú y Bolivia, considerada como un área de tránsito del contrabando de difícil control.
