La Asamblea General de la ONU aprobó este jueves por abrumadora mayoría una resolución para exigir el fin del embargo económico y comercial estadounidense contra Cuba que ya ha superado seis décadas, a la que únicamente se opusieron dos países: Estados Unidos e Israel.
Este llamado, que viene haciéndose anualmente desde hace 31 años, recibió en esta ocasión 187 votos a favor, dos en contra y una sola abstención, la de Ucrania, un resultado aún más aplastante que el del año pasado, cuando hubo tres abstenciones y los mismos votos negativos.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, que intervino justo antes de la votación ante la Asamblea, denunció que el bloqueo "viola el derecho a la vida, la salud, la educación y el bienestar de todas las cubanas y cubanos", y constituye "un acto de guerra en tiempo de paz".
El embargo, impuesto en 1962, impide a Cuba hacer transacciones en dólares, comercializar con productos que atraviesen EE.UU. y que tengan un porcentaje mínimo del 10% de partes elaboradas en ese país, así como utilizar el sistema financiero norteamericano. Pero los países que han intervenido en apoyo de Cuba insistieron en que esto termina castigando sobre todo a la población cubana, antes que a su Gobierno.
Sin embargo, esto pone en evidencia la irrelevancia de la Asamblea General, que lleva 31 años aprobando una resolución prácticamente similar sin que ello haya conseguido hacer ninguna mella en la política estadounidense.
Rodríguez lamentó que la Administración de Joe Biden no haya variado ni un ápice la política del embargo, que resultó endurecida por su precedesor Donald Trump, al incluir a Cuba en su lista de países patrocinadores del terrorismo.
CUBA LO CALIFICÓ COMO "TRIUNFO DE DIGNIDAD"
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, expresó que esto es "una nueva victoria del pueblo cubano y de su Revolución. El reconocimiento y apoyo de la comunidad internacional al heroísmo y a la resistencia de Cuba. El triunfo de la dignidad y la valentía de nuestro pueblo".
Tras la votación, Díaz-Canel criticó al representante de Estados Unidos, Richard Mills, quien declaró que el embargo tiene como fin "hacer progresar la democracia y promover los derechos humanos y las libertades", y que se mantiene con el fin de propiciar la reforma de un sistema en el que hay "unos mil presos políticos", 700 de ellos detenidos en las protestas históricas de julio de 2021.
"Qué ridículo el discurso del representante imperial. Lleno de mentiras, calumnias e hipocresía. Vergüenza debía darle ante la condena inmensamente mayoritaria contra su política genocida, injusta y criminal. Nuestra honda es la de David", escribió el mandatario cubano.
Mills también criticó que el Gobierno cubano obstaculice la entrada de expertos independientes en la isla que estudien la situación de derechos humanos, y particularmente las libertades de expresión, religión o reunión pacífica. Asimismo, dijo que su país, pese al embargo, sigue siendo "una fuente importante de bienes humanitarios a Cuba", y puso el ejemplo de que en 2022 las compañías estadounidenses exportaron productos agrícolas por 295 millones de dólares.
Según las más recientes estimaciones de las autoridades cubanas, el embargo causó una afectación de 4.800 millones dólares entre el 1 de marzo de 2022 y el 28 de febrero de 2023, y que los daños acumulados desde 1962 superan los 159.000 millones de dólares.