Un hombre aceptó una condena de 147 años de cárcel por 37 delitos sexuales por pagar a adultos en situación de vulnerabilidad, sobre todo madres, para que violasen a sus hijas menores.
Tras una conformidad de las partes en un juzgado en Sevilla, confirmada a la agencia de noticias EFE por fuentes judiciales.
El acusado, de unos 40 años, grababa esos abusos a través de internet y llegó a acumular en menos de un año más de 250 archivos, según detalla este viernes el Diario de Sevilla, que informa de esta condena.
La Fiscalía pedía inicialmente 315 años de prisión, pero acordó rebajar la pena a 147 años y lograr que el procesado esté encarcelado el plazo máximo de 20 años por delitos de distribución de pornografía infantil, agresiones sexuales continuadas y corrupción de menores, con la concurrencia de la atenuante cualificada de alteración psíquica.
Según el relato acusatorio, que deberá ser concretado en la sentencia condenatoria tras la conformidad, el procesado –además de disponer de miles de archivos de pornografía infantil– grabó retransmisiones en vivo a través de internet de personas a las que pagaba una cantidad de dinero previamente pactada, y que accedían a utilizar a hijas o familiares menores para actos sexuales.
Los investigadores pudieron individualizar hasta quince perfiles de adultos como cómplices del acusado en los delitos sexuales, aunque en la práctica totalidad de casos se desconocen sus identidades por encontrarse en el extranjero, indica el medio.
Otro caso: Mujer detenida por entregar celular a su hija menor, que grabó vídeos sexuales
En paralelo, surgió otro caso relacionado con pornografía infantil en la ciudad de Canarias.
Allí, una mujer fue detenida por la policía española bajo el mencionado delito tras haber permitido a su hija, una menor, usar sin control su teléfono, con el que la niña grabó videos sexuales parecidos a otros guardados en el dispositivo, que luego difundió en TikTok.
La investigación se inició tras detectarse la existencia de vídeos de contenido sexual explícito protagonizados por una menor de tan solo ocho años, hija de la implicada en los hechos, según informó este viernes la Policía.
De acuerdo con las diligencias del juzgado, existen indicios racionales de que el material fue grabado en el domicilio familiar, sin que existiera supervisión adulta, y luego difundido a través de la red social.
En este caso, se acusa a la madre de un delito de pornografía infantil, porque presuntamente facilitaba a su hija que utilizara su celular "sin control parental alguno".
En el informe policial también se detalla que algunos vídeos fueron borrados posteriormente, si bien se pudieron recuperar otros.
La menor ha manifestado que imitaba vídeos para adultos que su madre tenía guardados en la "nube" de su teléfono móvil.
La Policía remarca que la gravedad de los hechos llevó a la intervención inmediata del teléfono móvil de la madre y a su detención y puesta a disposición judicial.
La Fiscalía del Menor fue informada de lo sucedido y tomó la decisión de dar la custodia momentánea de la menor a un familiar de segundo grado.
La Policía mantiene abierta la causa para esclarecer si existió dolo en la grabación y difusión de los vídeos y para localizar posibles copias del material distribuido.
