Más de 100 organizaciones internacionales, entre ellas Médicos Sin Fronteras (MSF), han alzado la voz para denunciar una "hambruna masiva" en la Franja de Gaza, una crisis agudizada por el bloqueo y los constantes ataques israelíes.
En El Diario de Cooperativa, la presidenta de MSF Latinoamérica, Fernanda Méndez, calificó la situación como "absolutamente caótica" y acusó que la comida y el agua se están utilizando como un "arma de guerra".
"Las mujeres embarazadas de seis meses o más pesan apenas 40 kilos. Estoy viendo bebés prematuros que deben compartir una sola cuna, cinco o seis al mismo tiempo. Es inaceptable", denunció Méndez, quien es médica obstetra y se encuentra en contacto directo con el equipo desplegado en la zona.
La profesional resaltó que tanto la población como el equipo de MSF "no tienen comida, pues evidentemente nosotros hablamos por nuestros pacientes, pero en la misma situación está nuestro equipo".
La representante de MSF confirmó que la organización ha perdido a 12 trabajadores asesinados durante el conflicto y que sus hospitales operan "en condiciones infrahumanas, sin insumos ni medicamentos básicos para tratar el dolor".
"Estamos viendo pacientes que prefieren mendigar por comida antes que por analgésicos. Esto ya no es ayuda humanitaria, es ayuda bañada en sangre", acusó.
Méndez relató a Cooperativa que en Gaza "no hay agua", y aunque MSF opera puntos de desalinización que producen 1,7 millones de litros de agua potable al día, "esto no da abasto para cubrir las necesidades de millones de personas". Peor aún, denunció que "el ejército israelí ataca los puntos de agua".
La ayuda alimentaria se descompone bajo el sol mientras la hambruna persiste en Gaza. (Foto: EFE)
Una "ayuda bañada en sangre"
La presidenta de MSF Latinoamérica criticó duramente el actual mecanismo de distribución de ayuda, gestionado por una "pseudo fundación humanitaria" apoyada por Israel y Estados Unidos.
Describió un proceso "muy anárquico", donde la ayuda se entrega en cuatro puntos del tamaño de campos de fútbol, vallados, con una sola entrada y salida, y rodeados de trincheras. "Las condiciones se dan para la aglomeración, para el atochamiento", explicó, lo que ha provocado la muerte de más de 1.000 palestinos y 6.500 heridos durante estas entregas. "Esto se llama ayuda bañada en sangre", sentenció.
El impacto devastador en niños y mujeres
Las consecuencias de la crisis son especialmente visibles en los más vulnerables. "En los últimos tres días murieron 21 niños y mujeres por malnutrición en nuestro hospital", informó la doctora.
Méndez enfatizó que "lo que nosotros vemos es que las mujeres embarazadas, prácticamente de término, de seis meses o más, pesan 40 kilos. Yo soy médica obstetra y le puedo asegurar que es inaceptable. Lo que le puedo asegurar también, es que esto provoca también el nacimiento de bebés prematuros y estos bebés prematuros están compartiendo las cunas en nuestros servicios de terapia intensiva neonatológica. Hay alrededor de cinco a seis bebés en la misma cuna".
Además, dijo, "los pacientes que son heridos prefieren comida a analgésicos, a medicación que cure el dolor".
Finalmente, Fernanda Méndez hizo un llamado urgente: "Si no abren los pasos para que entren los camiones, que es lo que pedimos, no vamos a poder seguir dando asistencia a la población de la Franja de Gaza".