Alrededor de 1.000 gazatíes han muerto en el asediado norte de la Franja de Gaza tras 23 días de ofensiva israelí por tierra y aire, según las autoridades sanitarias de la zona tras una nueva jornada de ataques en la que murieron al menos 43 personas.
"El Ejército israelí perpetró cuatro nuevas masacres en Gaza matando a 53 civiles palestinos, 46 de ellos en el norte de Gaza", confirmaron este domingo a EFE fuentes de Sanidad de Gaza, que aseguraron que unas 100.000 personas siguen atrapadas en Yabalia, Beit Lahia y Beit Hanoun bajo "bombardeos indiscriminados" y privadas de alimentos, agua y atención médica.
Esta mañana, al menos 18 gazatíes murieron y decenas resultaron heridos, según fuentes médicas, en el bombardeo de cazas israelíes contra una zona residencial en el campamento de refugiados de Yabalia, donde el Ejército israelí continúa atacando a la población restante para que se desplace más al sur hasta ciudad de Gaza.
"Esta mañana, la ocupación (israelí) reanudó sus operaciones de bombardeo y ataques de artillería en el campamento de Yabalia, la ciudad de Beit Lahia y las cercanías de Al Tawam y Al Saftawi (ciudad de Gaza)", detalló la agencia de noticias palestina WAFA.
Anoche, unas 40 personas murieron y otras 80 resultaron heridas en otro ataque israelí contra un complejo residencial compuesto por cinco viviendas en Beit Lahia, una de las localidades más castigadas en las últimas tres semanas, según fuentes locales y médicas.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunció el sábado en X que "la situación en el norte de Gaza es catastrófica" y dijo que las "intensas operaciones militares" alrededor y dentro de los hospitales, como la falta de recursos, están privando a los gazatíes una atención médica vital.