El Ejército del Líbano anunció este jueves que está detonando de forma controlada una serie de aparatos de comunicación "sospechosos", después de que sendas oleadas de explosiones en miles de ellos causaron 32 muertos y más de 3.200 heridos en el país en los últimos dos días.
"Unidades especializadas del Ejército han empezado a detonar aparatos de comunicación y beepers sospechosos en diferentes zonas, por lo que invitan a los ciudadanos a que se alejen de los lugares de la explosión y a informar sobre cualquier aparato o objeto sospechoso", reza un comunicado castrense.
El pasado martes, explotaron simultáneamente miles de beepers en manos de miembros del grupo chií libanés Hizbulá, mientras que el miércoles un segundo incidente afectó a presuntos aparatos de comunicación por radio ('walkie-talkies').
En ambos casos, las detonaciones, atribuidas a Israel, se concentraron en el sur del país, el oriental Valle de la Bekaa y los suburbios meridionales de Beirut conocidos como el Dahye, todos ellos bastiones del movimiento chií.
Una gran cantidad de fallecidos
La primera tanda causó doce muertos y unos 2.800 heridos, mientras que la segunda incluyó detonaciones aparentemente de mayor intensidad que dejaron una veintena de fallecidos, pero un número de heridos bastante menor, de algo más de 450 personas.
En una serie de comunicados, Hizbulá confirmó anoche el fallecimiento de una veintena de sus miembros oriundos de diferentes puntos del país, principalmente de la región meridional y del oriental Valle de la Bekaa, incluido también un menor que identificó como nacido en 2008.
La formación chií no ofreció detalles sobre las circunstancias de sus muertes, como viene siendo habitual, aunque se trataría de sus bajas en la última oleada de explosiones en aparatos.
