La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó su rechazo a la propuesta del mandatario estadounidense, Donald Trump, de declarar a los cárteles mexicanos como terroristas.
La mandataria argumentó en su conferencia matutina que esta medida "no ayuda" y que, en cambio, se requiere colaboración y respeto mutuo para abordar los problemas de seguridad, apuntando que el gobierno mexicano posee "una estrategia integral"
Trump, quien asumió el cargo el lunes, fijó un plazo de dos semanas para definir cuáles cárteles serán catalogados como grupos terroristas, argumentando que estos causan entre 250 mil y 300 mil muertes anuales en Estados Unidos.
Un estudio publicado en diciembre de 2024 por el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Estados Unidos (NCHS), que forma parte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), señaló que en 2023 hubo alrededor de 105 mil muertes por sobredosis de drogas.
Entre las acciones posibles de la designación de Trump se incluyen el uso de tropas estadounidenses, operaciones encubiertas en México y drones para ataques.
Adicionalmente, el mandatario advirtió sobre un arancel del 25 % a productos mexicanos como represalia por el tráfico de drogas y migrantes hacia Estados Unidos.
“¡Este arancel permanecerá vigente hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales detengan esta invasión a nuestro país!”, escribió en la red Truth Social.
Frente a estas amenazas, Sheinbaum insistió en que “debe existir colaboración con respeto a las soberanías para disminuir la violencia en México, evitar el tráfico de armas de Estados Unidos a México y, al mismo tiempo, evitar que esta droga (el fentanilo) llegue a Estados Unidos”, declaró.
Sheinbaum señaló que las decisiones unilaterales, como las de Trump, no abordan las causas reales del problema.
Destacó que el Gobierno mexicano está trabajando para combatir a los grupos criminales y que ya se conformó un equipo de abogados para analizar las repercusiones legales y económicas de estas medidas.
“Lo que estamos haciendo es un análisis jurídico de qué implicaciones tendría para diversas organizaciones y, en todo caso, plantearle a Estados Unidos nuestra postura”, puntualizó.
La presidenta también destacó que el consumo de drogas en Estados Unidos, especialmente del fentanilo, no es solo un problema de crimen organizado, sino también de salud pública.
"¿Por qué hay consumo de fentanilo en Estados Unidos y no aquí en esos niveles?”, cuestionó la mandataria.