Gripe aviar afecta a toda la Antártica: Hay 188 animales infectados
Un equipo liderado por científicos españoles recorrió 5.000 kilómetros y confirmó que el virus H5N1 afecta a pingüinos, cormoranes y focas en la Antártida.

Un equipo liderado por científicos españoles recorrió 5.000 kilómetros y confirmó que el virus H5N1 afecta a pingüinos, cormoranes y focas en la Antártida.
El virus de la gripe aviar altamente patogénica (HPAI H5N1) está extendido por toda la península antártica e infecta desde pingüinos a focas, según las conclusiones de una expedición científica liderada por españoles.
A bordo del velero Australis, el equipo, que regresó el pasado 3 de marzo, estuvo seis semanas en tierras antárticas, donde detectaron la presencia del virus en 188 animales (vivos y muertos) de 13 especies analizados en 24 localizaciones del mar de Weddell y la península antártica occidental.
La expedición CSIC-UNESPA, encabezada por el virólogo Antonio Alcamí, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBMSO CSIC-UAM), concluyó en un informe que recopila un viaje de 5.000 kilómetros para muestrear 27 lugares de la Antártida, en el que han comprobado que los casos afectan a toda la península.
El virus se ha encontrado ahora en 24 localizaciones, lo que supone que está "completamente extendido a lo largo de toda la península", dijo Alcamí.
Además, afecta "prácticamente" a todas las especies que han testado y otro dato "importante" es que han encontrado el virus circulando entre animales vivos asintomáticos.
Durante seis semanas, el equipo registró más de 1.300 animales, tomó más de 3.000 muestras y realizó pruebas PCR en 745 ejemplares.
Las especies con presencia del patógeno comprenden nueve tipos de aves, como los pingüinos de Adelia, barbijo y papúa, cormoranes antárticos, gaviotas o págalos; y cuatro mamíferos, como el lobo antártico y las focas cangrejera, de Weddell y la leopardo, según el CSIC.
Los únicos que no han dado positivo son los elefantes marinos. El año pasado, -recordó-, encontraron un ejemplar infectado, que fue el primer caso de un mamífero marino, pero los testados ahora no lo estaban.
La relevancia de este estudio es que los datos sirven para informar a los programas polares nacionales y a los buques turísticos para estar preparados y plantear medidas orientadas a evitar la transmisión de la infección por medios humanos y, sobre todo, el contagio de las personas.
Además es importante para conocer la dispersión del virus en la Antártida. Hasta ahora, los datos de 2025 reportados oficialmente solo incluían un skua muerto, que ahora se actualizarán con los nuevos 188 casos.