Los cargos a declarar se contemplan en el marco de investigación por insurección y abuso de poder.
El mandatario se enfrenta a condenas como cadena perpetua o, incluso, la pena capital
El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, evitó declarar este jueves durante el interrogatorio ante las autoridades, en la segunda jornada de su detención, en el marco de la investigación sobre si cometió un delito de insurrección al hacer una fugaz declaración sobre la ley marcial.
Yoon, quien fue arrestado el día anterior tras un largo asedio de las autoridades en su residencia, donde permanecía atrincherado y protegido por el servicio de seguridad presidencial (PSS) desde que fue destituido por el Parlamento Nacional a mediados del mes pasado, continuó negándose a cooperar con los investigadores.
La segunda jornada de detención e interrogatorios infructuosos tuvo lugar el mismo día en que el Tribunal Constitucional realizó la segunda audiencia formal del procedimiento paralelo que decidirá si su destitución será definitiva.
A comienzos de la jornada, el equipo legal de Yoon notificó a la oficina anticorrupción que lidera la investigación, informando que el presidente no asistiría a la primera sesión de interrogatorios del día por motivos de salud. La sesión fue reprogramada para más tarde del jueves.
El mandatario tampoco se presentó a esta nueva sesión. "El presidente Yoon no se encuentra bien y ayer explicó completamente su postura, así que no hay nada más por lo que deba ser interrogado", indicó el abogado Yun Gap-geun en declaraciones a la agencia de noticias Yonhap.
Yoon también había rechazado hablar con las autoridades el día previo, en su primera jornada bajo detención, cuando pasó la noche en el Centro de Detención de Seúl, en Uiwang, cerca de la Oficina para los Casos de Corrupción de Altos Funcionarios (CIO).
Los oficiales de este organismo buscan obtener respuestas de Yoon mediante un cuestionario de más de 200 páginas y ahora buscan forzar su comparecencia ante los investigadores, para lo cual están realizando las comprobaciones legales necesarias, según informaron a los medios.
Mientras Yoon evitaba presentarse en la sede de la CIO y permanecía detenido en Uiwang, simpatizantes del presidente se manifestaban en las cercanías de la oficina anticorrupción.
Yoon y sus abogados han cuestionado la legalidad de la orden de detención bajo la cual fue arrestado, y han presentado un recurso ante un tribunal de Seúl.
El mandatario está siendo investigado por la CIO, la policía y otros organismos por un supuesto delito de insurrección relacionado con su declaración de la ley marcial el pasado 3 de diciembre, el único delito que no es inmune para un presidente surcoreano, además de abuso de poder.
La oficina anticorrupción tiene 48 horas para interrogar a Yoon desde su detención a las 10:33 hora local del miércoles, y puede solicitar una orden para prolongar la detención hasta 20 días.
En caso de ser declarado culpable de insurrección, Yoon podría enfrentar cadena perpetua o incluso la pena capital, aunque sobre esta última existe una moratoria en el país desde hace casi 40 años.
El Tribunal Constitucional de Corea del Sur decidió proceder este jueves con la segunda vista oral del juicio sobre la destitución del presidente, a pesar de su incapacidad para presentarse.
La corte rechazó la solicitud de posponer la vista, presentada por los abogados de Yoon, quienes parecen estar intentando bloquear cualquier diligencia abierta en su contra.
Yoon ya había faltado a la primera vista del juicio el pasado martes, mientras permanecía refugiado en su residencia antes de ser arrestado.
A pesar de haber sido suspendido de sus funciones por la Asamblea Nacional, Yoon sigue de facto al frente del país mientras el Constitucional delibera sobre su inhabilitación. Además, es el primer presidente en la historia surcoreana que ha sido detenido mientras estaba en el cargo.
El Tribunal Constitucional tiene de plazo hasta el próximo mes de junio para decidir si se mantiene la destitución o si se restituye a Yoon en sus funciones.
