En la selva, la policía peruana ultimó al jefe militar de Sendero Luminoso
El ministro del Interior, Rómulo Pizarro, consideró el hecho como "la captura más importante de los últimos 10 años" en la lucha contra la banda terrorista.
El ministro del Interior, Rómulo Pizarro, consideró el hecho como "la captura más importante de los últimos 10 años" en la lucha contra la banda terrorista.
El jefe militar de Sendero Luminoso, Víctor Aponte Sinalagua, alias "Clay", murió abatido por los tiros de la policía en la selva peruana, informaron fuentes oficiales.
El ministro del Interior, Rómulo Pizarro, confirmó la muerte del líder terrorista y explicó que se produjo tras un operativo policial, durante el cual fueron detenidos otros dos miembros de la banda.
Agregó que se trata de "la captura más importante de los últimos 10 años", contando con que en este periodo no se había conseguido detener a ningún dirigente relevante de Sendero en la selva, donde se concentran los remanentes de esta banda terrorista.
Según Pizarro, la muerte de Aponte Sinalagua "es un triunfo para el país y producto de una serie de operativos de inteligencia" en la inhóspita zona que comprende los valles de los ríos Ene y Huallaga, en los departamentos de Junín, Ayacucho, Huánuco y San Martín.
El titular del Interior detalló que "el camarada Clay" mató a innumerables peruanos durante su actividad terrorista, entre ellos a ocho policías en diciembre pasado durante un ataque perpetrado en la localidad de Aucayacu, en el departamento de Huánuco.
La caída de "Clay", cuya edad rondaría los 45 años, tuvo lugar en el caserío Alto Pacae, en Tingo María, ubicado a 558 kilómetros al noreste de Lima.
En esa región está oculto el grupo liderado por el dirigente político de Sendero, "Artemio", quien no acató el fin de la lucha armada de la banda maoísta decretado por su líder histórico, Abimael Guzmán, tras su arresto junto a una decena de sus lugartenientes.
Guzmán, alias "presidente Gonzalo", fue detenido en Lima en septiembre de 1992, junto a su esposa Elena Iparraguirre y resto de la cúpula.
Según las investigaciones de las fuerzas de seguridad, los senderistas que operan en la selva peruana se han aliado con bandas de narcotraficantes para ofrecerles seguridad a cambio de dinero y comida. (EFE)