La periodista Carolina Espinoza, enviada especial de Cooperativa en El Vaticano, conversó con Marcela, integrante de una comunidad de prostitutas transexuales que fue ayudada por el fallecido papa Francisco y ahora llora su pérdida.
El grupo, que llegó este viernes a despedirlo en su capilla ardiente en la Basílica de San Pedro, tomó contacto con el pontífice a través de Geneviève Jeanningros, la menuda monja franco-argentina que, con una mochila verde al hombro, cobró notoriedad mundial el miércoles cuando se acercó al féretro saltándose los protocolos para rezar por el prelado, su amigo.
Marcela, de origen uruguayo, relató que ella y sus compañeras conocieron a la religiosa en 2020, durante la pandemia del Covid-19, cuando enfrentaban dificultades económicas. A través de su párroco, don Andrea, Genoveva habló con Francisco, quien respondió rápidamente proporcionando vacunas, alimentos y ayuda económica.
"Cuando le agradecí por todo lo que había hecho por nosotras y por haber recobrado la fe que había perdido tantos años atrás, él me dijo: 'Nunca pierdas la fe, recuérdate que somos todos iguales ante los ojos de Dios'. Y hoy, con mucha tristeza, vine a darle el último saludo, pero sé que quedará siempre, siempre, en mi corazón", expresó a Cooperativa.