A pesar de que las cinco boyas "Dart" (Deep-ocean Assessment and Reporting of Tsunamis) deben estar operativas de forma permanente, ya que su vital función es detectar y calcular la altura precisa durante la ocurrencia de un tsunami, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) reconoció que muchas veces no funcionan.
Las boyas Dart son instrumentos que miden el mar en tiempo real a través de un sensor de presión ubicado en el fondo marino.
La Armada las mantiene desplegadas en Iquique (Tarapacá), Mejillones (Antofagasta), Caldera (Atacama), Pichidangui (Coquimbo) y Constitución (Maule), a una distancia aproximada de 200 kilómetros frente a la costa.
Este tipo de aparatos forman parte del Sistema Nacional de Alarma de Maremotos (SNAM) del SHOA, y cumplen una función vital en la respuesta del Estado durante la ocurrencia de maremotos, puesto que son altamente efectivas, consignó La Tercera.
En ese sentido, el SHOA confirmó, a través del envío de información vía Transparencia, que los desperfectos de las boyas se ven reflejados en los distintos balances de gestión integral que realiza la institución de manera anual y en publicaciones de su sitio institucional.
Asimismo, el período en que el SHOA permaneció sin recibir datos de sus boyas es información que la entidad afirma no tener a mano.
Lo anterior cobra relevancia debido a que el desperfecto de estos aparatos imposibilita al Estado la medición exacta de la magnitud de un tsunami que se aproxime a las costas chilenas.
Los desperfectos
El SHOA detalló que la boya Dart en Iquique sufrió cuatro desperfectos: en tres ocasiones se cortó el anclaje del aparato, mientras que en un cuarto evento se registró una falla en el sensor de fondo marino.
El instrumento ubicado en Mejillones, en tanto, sufrió cortes en la línea de anclaje en al menos dos ocasiones, mientras que la boya que se encuentra en Caldera sufrió una situación similar, pero por acción de terceros.
De igual manera, el instrumento que se encuentra en Pichigandgui sufrió la misma situación en cinco oportunidades, además de un mantenimiento del sensor de presión del fondo marino. Por último, el cabo la boya ubicada en Constitución fue cortado por terceros en tres ocasiones.
El SHOA también detalló, en su respuesta vía Transparencia, que el costo total de las 17 reparaciones que debieron aplicarse a los instrumentos asciende a 1,6 millones de dólares (más de 2.600 millones de pesos).