En el marco de la 44ª Feria Internacional del Libro de Santiago (Filsa), que este año recibe a la Región de Los Lagos como invitada de honor, el rector de la estatal Universidad de Los Lagos, Óscar Garrido, abordó este viernes el debate sobre el financiamiento de la educación superior en Chile y su impacto en la ciudadanía.
Entrevistado por Lo Que Queda del Día, de Cooperativa, el académico criticó la histórica política de privatización que, a su juicio, ha desdibujado el rol social de las instituciones. Recordó que, mientras para el golpe de Estado de 1973, el 70% de la educación superior era pública, hoy representan sólo el 23% de la matrícula universitaria.
Garrido hizo hincapié en el desequilibrio entre el tamaño del sistema público y su productividad: "Más del 50% de la población científica en Chile la generan las universidades del Estado", afirmó, destacando que, pese a su reducida cobertura, el sistema público exhibe los mejores indicadores.
En su análisis, vinculó la privatización y la desregulación con la aparición de un electorado "apolítico", que no se identifica con las ideologías tradicionales y busca soluciones pragmáticas a sus problemas.
"Al tener un sistema de educación pública bastante restringida en términos de accesibilidad -porque hay una serie de barreras de entrada: los puntajes de la PAES y una serie de requisitos, porque también está condicionado por el financiamiento de la gratuidad-, hay un grupo de estudiantes que puede llegar al sistema público con cierta exigencia propia del sistema público, que tiene un marco regulatorio de acceso, pero eso va minando el desarrollo de un pensamiento crítico, reflexivo, divergente, pluralista, laica y democrática que sí la sostiene la universidad pública respecto a ofertas de universidad privada, donde hay oferentes ya sea desde formación más confesional a empresas derechamente que están detrás de ciertos consorcios en las universidades privadas", planteó el rector de la ULagos.
Según la visión del rector, las ofertas de universidades privadas "van generando un ciudadano que es apolítico, que no se compromete, que ve con mucho pragmatismo y de manera muy instrumental la política en términos de cómo le es funcional y no en la perspectiva de pensar cuál es el concepto de sociedad al cual aspiramos o al desarrollo propio del país".
"Yo siento -agregó- que esto tiene que ver con esta ola privatizadora que partió en dictadura y que se ha ido consolidando con los años, con muy poca presencia del sistema público desde el sistema preescolar hasta el sistema de educación superior, y eso está provocando hoy día, no solo en Chile, sino en muchos países de las Américas, una lógica de política muy funcional. El ciudadano respecto a la política cada día la mira con más desprecio, sabiendo que la política tiene un tremendo valor en la construcción de ciudadanía y en el desarrollo de la base democrática de cualquier país".
Finalmente, Garrido llamó a un cambio de paradigma para revertir esta tendencia y asegurar el desarrollo democrático del país: "Yo creo que aquí lo vital es entender que la educación es un bien público. Cuando se asume que la educación es un bien de consumo que se ha ido instalando, vamos desdibujando el sentido de lo público, el sentido universitario".