La reforma integral al sistema de adopción en Chile, aprobada por el Congreso tras más de 10 años de tramitación, enfrenta importantes objetivos una vez promulgada: modernizar y agilizar este proceso en Chile, además de equiparar las posibilidades para matrimonios, personas con unión civil o solteros.
Uno de los cambios más significativos es la reducción de los tiempos. La normativa anterior podía dilatar el proceso de vinculación de un niño, niña o adolescente con una familia hasta en 6 u 8 años. Con la nueva ley, el plazo máximo para que los tribunales de familia determinen la vinculación o revinculación se reducirá a entre 12 y 18 meses.
La reforma también equipara las posibilidades para adoptar, eliminando la figura de la "prelación". Esto significa que se igualan las condiciones para matrimonios (homo o heterosexuales), personas solteras y parejas con acuerdos de unión civil.
El debate sobre la posibilidad de adopción por parejas homosexuales, que se dio largamente en el Congreso, fue un punto clave y una situación que ya había sido zanjada por la Corte Suprema en 2019 a favor de la igualdad.
Otro aspecto central de la nueva ley es el cambio de paradigma, poniendo el bienestar superior del niño o la niña como la consideración más importante en el proceso de adopción.
Adicionalmente, la ley contempla que el niño o niña adoptado pueda mantener contacto con su familia de origen si así lo desea. También se incorpora la posibilidad de que las familias de acogida puedan convertirse en familias adoptivas.
Finalmente, la normativa perfecciona el delito de obtención ilegal, abordando específicamente las adopciones ilegales de niños, niñas o adolescentes.
Defensoría de la Niñez y Gobierno celebraron la aprobación
El defensor de la Niñez, Anuar Quesille, valoró esta aprobación como un avance significativo, destacando que fue una prioridad del Gobierno y el Congreso, permitiendo avanzar hacia un sistema de garantías integral para los derechos de niños, niñas y adolescentes.
"Esto ha permitido avanzar en una de las reformas más esperadas para lograr un sistema de garantías integral para y por los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La implementación de este sistema y sus ajustes será una tarea que seguiremos observando en el ejercicio de nuestras facultades", afirmó.
Por su parte, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, celebró que "después de más de 10 años de debate haya una reforma a la Ley de Adopción, simplificando lo que eran procesos engorrosos, dolorosos y largos para las familias".
Asimismo, valoró que "todo lo que nuestro país ha ido avanzando desde un paradigma de la adopción que era el pensar a los niños como cosas que las familias querían, a hoy un sistema de adopción con esta nueva ley que ratifica que lo importante es el bienestar superior del niño y, por lo tanto, es en base a él o ella que se tienen que hacer todo el resto de las demás consideraciones".
Este proceso -explicó la autoridad- se hace "sin discriminar entre tipos de familias. Hay que recordar que las familias en nuestro país son muy diversas, no solamente en sus orientaciones sexuales, en su composición".
Desde la sociedad civil, también hay valoraciones positivas. Alejandra Ramírez, directora ejecutiva de la Fundación Chilena de Adopción y Familia, explicó que la ley actual implica dos procesos (protección y susceptibilidad de adopción) que, sumados, suelen tomar alrededor de cuatro años para que un niño sea finalmente adoptado.
En general, señaló que la nueva ley es "un proyecto que abrazamos las organizaciones de la sociedad civil y el Estado".
La implementación de este nuevo sistema y sus ajustes serán observados de cerca, marcando un hito en la legislación chilena sobre infancia y familia.