La abogada Alejandra Castillo, profesora y directora del Departamento de Derecho Penal de la Universidad Diego Portales (UDP), advirtió este martes de un efecto "perverso" de la mediatización del caso Monsalve.
Hoy se reanudó la audiencia de formalización del exsubsecretario del Interior Manuel Monsalve (ex-PS), luego de que el Ministerio Público le imputara los delitos de violación y abuso sexual contra una asesora.
La instancia contra el otrora jefe de las policías comenzó el viernes, cuando el persecutor Xavier Armendáriz, de la Fiscalía Metropolitana Centro Norte, dio cuenta de los hechos del caso, ante el magistrado Mario Cayul, del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago.
Violación consumada a mayor de edad y abuso sexual consumado a mayor de 14 años son los cargos imputados por el ente persecutor, que solicitó al tribunal aplicar la medida cautelar de prisión preventiva contra Monsalve.
En entrevista con Lo Que Queda del Día, Castillo afirmó que "estamos viviendo en una era excesivamente expuesta. El proceso es público, pero otra cosa es que el proceso sea mediático. Yo creo que eso es negativo. Eso no le hace bien al sistema judicial y no hace bien también a la sociedad toda. ¿Por qué? Porque finalmente uno tiene que poder resolver los casos de acuerdo a las pruebas que hay en el caso concreto y no para satisfacer a la opinión pública. Eso a mí me parece grave".
"Me parece preocupante que haya una motivación ulterior para una determinada resolución o, por ejemplo, para decretar una prisión preventiva que no sea la que entregue los antecedentes del caso concreto y que sea, finalmente, satisfacer a la opinión pública. Eso no debería pasar en un proceso, no debería pasar en un Estado de Derecho", dijo la académica.
"La gente —agregó— espera una sentencia condenatoria. Es decir, no espera una sentencia absolutoria, no espera aquello que de cuenta de este delito no se cometió. Lo que la gente espera es si este delito se cometió y lo van a secar en la cárcel. Y eso a mí me parece un aspecto perverso de esta mediatización, porque vulnera en algún grado la presunción de inocencia propia del proceso, la tranquilidad y la independencia con que los jueces deben y tienen que operar en la cotidianidad, en la materialidad del proceso".
"La banalización del delito mismo"
En esa línea, Castillo manifestó que también le preocupa "la banalización del delito mismo": "La politización de este caso, que en definitiva para personas que son de un cierto sector político pareciera que no es tan violación y para otros sí. El caso Valdivia también es lo mismo".
"Hace poco se estaba considerando el testimonio del taxista y nadie se ha cuestionado, a nivel ciudadano, ese taxista, ¿por qué no auxilió a esa persona? Es decir, un taxista que ve y testifica que una persona pidió ayuda porque estaba viendo en peligro su integridad física, su libertad sexual, y él no le ayudó... Yo creo que eso ocurre con este nivel de mediatización: una banalización del caso, una banalización de las víctimas y del delito mismo", expuso la legista.
"El problema basal de este caso pierde perspectiva con la politización y la mediatización del caso", subrayó.
"El consentimiento siempre es revocable"
A renglón seguido, la directora de Derecho Penal UDP señaló que existe una "falta de comprensión de qué es el consentimiento, una cuestión central y relevante que todo el mundo debiera tenerlo claro".
"El consentimiento —explicó Castillo— tiene que ser siempre libre; es decir, exento de vicios, de coacción, de fuerza, de engaño. El consentimiento debe ser en una persona que sea capaz. Las personas menores de 14 años jamás van a ser libres en términos sexuales; son indemnes sexualmente".
"La libertad también debe ser actual respecto coetáneo al acto sexual; no es para siempre. No es que yo le dé a mi marido un consentimiento porque me casé con él ad infinitum. Cada relación sexual tiene que haber consentimiento coetáneo a ella y el consentimiento, además, es siempre revocable. Yo puedo tomarme cinco picos sour, invitar a alguien a mi casa, a mi cama si quiero y, estando desnudos, puedo revocar mi consentimiento. Nadie me puede obligar a practicar algún tipo de interacción sexual. Un derecho a un ejercicio sexual de una persona no existe respecto de otra", remarcó.