Un hombre de 44 años, identificado como Michael Peñaloza, murió durante la madrugada de este martes tras ser atropellado por delincuentes que sustrajeron su camioneta desde su domicilio en Curacaví, Región Metropolitana.
Según los antecedentes, el hecho ocurrió en el sector de Los Hornitos, donde la víctima residía sola en una parcela. Hace cinco días, desconocidos habían ingresado a su vivienda para robar diversas especies, entre ellas las llaves de su vehículo.
Durante la madrugada de hoy, los mismos delincuentes -según se presume- habrían regresado con el objetivo de llevarse la camioneta. El ingeniero escuchó ruidos en el patio y constató que el vehículo estaba abierto, por lo que alertó a Carabineros, quienes acudieron al lugar y acogieron la denuncia. Sin embargo, tras la retirada del personal policial, los sujetos volvieron.
Fue en ese momento cuando se concretó el robo. En su intento por impedir el ilícito, Peñaloza fue atropellado mortalmente. Los antisociales además derribaron el portón de acceso del condominio para escapar con el vehículo.
Alejandro, primo de la víctima, relató que "robaron la casa hace como cinco días. Entre las pertenencias que sustrajeron estaban las llaves de la camioneta. Volvieron los mismos 'gallos'. Todas las denuncias quedan en nada. Los fiscales, los jueces, nadie hace nada. Y al final, ¿Qué vale una camioneta al lado de la vida de una persona?", declaró.
El padre del ingeniero pidió justicia y exigió que se capture a los responsables. La familia explicó que el vehículo sustraído cuenta con sistema GPS, y que están a la espera de desbloquear el celular de la víctima para acceder a la ubicación que permita dar con el paradero de los delincuentes.
El Ministerio Público determinó que la PDI realizará los peritajes en el lugar para dar con los responsables. Según información preliminar, los antisociales habrían desactivado cámaras de seguridad y focos de iluminación antes de cometer el delito, lo que demostraría una planificación previa.
El caso ha generado conmoción en la zona, donde vecinos aseguran que la seguridad depende principalmente de las medidas adoptadas por los propios residentes, como cámaras, alarmas y portones comunitarios.