Los más de 150 disparos que se efectuaron este martes por la madrugada contra un domicilio en la calle El Mercurio, en la comuna capitalina de Conchalí, tenían como objetivo, según información preliminar, a un conocido delincuente apodado "Miguelito".
La brutal balacera, que superó las estimaciones iniciales de 90 tiros, sumió a los vecinos en un estado de pánico, forzándolos a sacar sus vehículos del pasaje y a resguardarse en la parte posterior de sus casas, algunos incluso durmiendo allí por temor a recibir una bala perdida.
Lo que se pensó inicialmente como un incidente aislado se ha transformado en un episodio de violencia recurrente, ya que la noche anterior también se registraron disparos en la zona.
El fiscal metropolitano Centro Norte, Felipe Olivari, señaló que "había gran evidencia balística en el sitio del suceso y un inmueble, una casa, que había recibido múltiples disparos en su exterior. Había daños visibles en la reja perimetral de esta casa".
"Se entrevistan (los policías) con la residente, quien decide no efectuar la denuncia, dice que no va a denunciar", indicó el persecutor.
La balacera no sólo sembró el miedo entre los residentes, sino que también dejó una víctima colateral: un transeúnte en situación de calle, quien recibió dos impactos de bala en sus extremidades inferiores. Afortunadamente, sus lesiones están fuera de riesgo vital.
Además de la balacera, se investiga también un frustrado ataque incendiario, ya que los delincuentes, no conformes con los disparos, lanzaron una bomba molotov al techo de la vivienda.
"Miguelito", el supuesto objetivo
El presunto blanco de este violento ataque es "Miguelito", un nombre que resuena en la crónica roja nacional. Este individuo, quien salió de la cárcel hace pocos días tras cumplir una condena por homicidio desde 2012, se habría convertido en el objetivo de una venganza por parte de desconocidos.
La historia de "Miguelito" se remonta a 2008, cuando, con tan solo 13 años, ya acumulaba un extenso prontuario policial, lo que lo hizo tristemente célebre en la prensa de la época.
Actualmente, se cree que se mantiene escondido en el domicilio de su madre, el mismo lugar que fue blanco del masivo tiroteo.
Suspensión de clases en colegio cercano
El impacto de la violencia se extendió a la comunidad escolar, ya que los apoderados del colegio Horacio Johnson Gana, ubicado a escasos metros del lugar de los hechos, decidieron no enviar a sus hijos a clases.
Esta medida de precaución motivó la suspensión de la jornada escolar en el establecimiento, reflejando el terror que se apoderó de la zona.
Una residente relató cómo fue despertada por el sonido de las "metralletas", confirmando que no es la primera vez que se registran disparos en el sector.
Recogieron casquillos y amenazaron a los vecinos
Pese a que el tiroteo ocurrió cerca de las dos de la madrugada, la Policía de Investigaciones (PDI) recién llegó al lugar a las nueve de la mañana, por instrucción del Ministerio Público.
Esta demora permitió una alteración del sitio del suceso por parte de una pareja que fue vista recogiendo evidencia balística y amenazando a los vecinos para que no hablaran con la prensa.
"Dentro de nuestro trabajo metódico y científico está también recopilar información referente a la alteración de estas vainillas y tenemos que también identificar quiénes fueron los que hicieron la alteración de esta evidencia", dijo el subprefecto de la PDI Boris Gormaz.