Uno de los querellantes en la causa sostuvo que "los mails son elocuentes y evidentes".
Indicó que el pedido de Andrés Arteaga de reconciliación "me descoloca".
José Andrés Murillo sostuvo que las presiones ejercidas contra los denunciantes del caso Karadima, y que fueron evidenciadas por James Hamilton en una serie de correos electrónicos, eran "elocuentes".
"Cuan
do comenzaron a llegar estos mails fue muy duro, porque sentimos que había todo un mecanismo gigantesco y poderoso intentando frenar esta acusación y frenando la justicia. Buscando que esto quedara en un rincón, en un cajón, fue muy doloroso", indicó a Cooperativa.
Según Murillo, "son muy elocuentes los mails, no hay casualidades, la cosa es bastante evidente, había presiones para que James mintiera y reconociera una identidad sexual que no es tal".
Además, se mostró desconfiado del pedido del obispo Andrés Arteaga de brindar un "abrazo de reconciliación" a todas las víctimas del ex párroco de El Bosque.
"La verdad es que me descoloca, porque si tengo algo que decirle a alguien, lo llamó por teléfono, voy a verlo o le escribo directamente. Me parece que hay un gesto que falta, un gesto más directo", criticó.
