La Fiscalía Nacional advirtió un aumento de los secuestros en Chile y reveló que el 67% de los imputados presenta una "trayectoria criminal crónica", con un promedio de 11 delitos adicionales en su historial.
En conversación con Una Nueva Mañana de Cooperativa, la gerenta de la División de Estudios, Ana María Morales, vinculó el fenómeno con la penetración de bandas organizadas extranjeras y la necesidad urgente de reforzar el control migratorio.
Morales advirtió que "las personas que cometen los delitos de secuestro no son primerizos, sino que se trata de personas que tienen bastantes ingresos al Ministerio Público".
En ese sentido, agregó, "nosotros pudimos establecer o correlacionar con otros delitos, que eran fundamentalmente delitos de amenaza, ciertos delitos contra la propiedad, pero de todas maneras era importante señalar que se trataba de personas que tenían entonces una trayectoria criminal crónica, es decir, que tenían antecedentes penales".
Sin embargo, dijo, "esto es respecto a las personas que nosotros podemos conocer sus antecedentes", lo que no ocurre con todos los casos y que impide a la Fiscalía revisar sus trayectorias previas.
Por ello, Morales remarcó que "uno de los mayores desafíos que enfrentamos hoy es el control migratorio. Si más de un cuarto de los casos corresponde a perfiles de imputados extranjeros y un 37% está asociado a organizaciones criminales, es evidente que tenemos un problema con la penetración de bandas transnacionales en el país", señaló Morales, destacando que la migración irregular se ha convertido en un punto crítico para la seguridad pública.
La representante de la Fiscalía indicó que existe un incremento del 50% en los imputados formalizados por secuestro, incluyendo no solo a quienes ejecutan el delito, sino también a quienes lo ordenan. Además, el 67% de los detenidos tenía antecedentes penales, con un promedio de 11 delitos adicionales, lo que refleja una "trayectoria criminal crónica".
Otro dato que preocupa a la Fiscalía es que en el 45% de los secuestros existía una relación previa entre agresor y víctima, ya sea de tipo familiar, sentimental o asociada a actividades ilícitas. "El perfil que vemos no es de personas primerizas, sino de individuos con historial delictivo que se mueven en redes criminales consolidadas", subrayó Morales.
La funcionaria adelantó que a fines de año presentarán un informe completo que medirá también el impacto en condenas y no solo en detenciones. "Nuestros resultados tienen que medirse en condena. Hoy estamos viendo una criminalidad de naturaleza transnacional y necesitamos reforzar tanto la persecución penal como los controles fronterizos", concluyó.