Juan Manuel Santa Cruz, presidente de Evópoli, manifestó este miércoles, en El Primer Café en Cooperativa, el firme apoyo de su colectividad a la reforma constitucional del sistema político-electoral que establece un umbral del 5% de los votos para que los partidos accedan a la Cámara de Diputadas y Diputados, con una norma transitoria del 4% para la elección de este año.
El texto avanzó ayer en su tramitación en el Senado pese a tener votos en contra del Partido Comunista, la Democracia Cristiana, Demócratas, Frente Amplio y algunos independientes.
"Nosotros estamos de acuerdo con esto, a pesar de que es una norma que nos afecta como partido, porque, si es que tomamos la foto que exige este umbral, la foto hoy día con la votación de concejales, nosotros como partido desapareceríamos", dijo Santa Cruz.
Sin embargo, afirmó que están "convencidos de que esta es una reforma que le hace bien a Chile" y, por lo tanto, votarán a favor.
La razón fundamental de este apoyo, según el líder de Evópoli, radica en "un diagnóstico bastante transversal" de que el actual sistema político chileno no está cumpliendo sus funciones esenciales: "representar y resolver".
Argumentó que la alta desconfianza ciudadana en el Congreso, con nueve de cada 10 chilenos sin confianza en sus representantes, es una clara señal de la ineficacia del sistema. Además, señaló que reformas cruciales para el país, como la de pensiones, "llegan 10 años tarde", evidenciando que "el sistema político no es capaz de procesar nuestras tensiones, hacerse cargo y buscar una solución".
Santa Cruz atribuyó esta ineficiencia a la fragmentación del sistema político chileno, caracterizada por la proliferación de partidos. Esta fragmentación, a su juicio, "inhibe llegar a acuerdos", lo que a su vez "mantiene estancado a Chile".
FA rechaza umbral y lo califica de "traje a la medida" para partidos tradicionales
Desde el oficialismo, el secretario general del Frente Amplio (FA), Andrés Couble, defendió el rechazo de su partido al proyecto de reforma, afirmando que "este umbral no soluciona el problema que tenemos en el sistema político".
"El problema principal", indicó el dirigente, "no son la cantidad de partidos, sino tiene que ver con el orden que estos partidos pueden dar hacia sus parlamentarios y también cómo esos partidos son no representativos de la sociedad".
Couble arguyó que la implementación de este umbral resulta "incongruente" con el actual sistema electoral, que se basa en distritos y circunscripciones regionales. Ilustró su punto con un ejemplo hipotético: sería "muy chocante" que en una región pequeña, como Aysén, donde un candidato podría obtener el 50% o incluso el 70% de los votos a nivel local, ese parlamentario no logre acceder a la Cámara debido a una consideración de carácter nacional. Esto, advirtió, "podría generar una mayor frustración y desafección con la democracia".
Además, el representante del FA sostuvo que la fragmentación no se combate con exclusión e, incluso, fue más allá, calificando la propuesta de umbral como un "traje a la medida de ciertos partidos" que son "más grandes", particularmente los "del binominal", es decir, los más tradicionales.
Couble consideró que la fórmula de transferencia de votos de los partidos que no alcanzan el umbral a sus socios de pacto es "bien extraña" y genera un daño a la representación, aunque teóricamente podría beneficiar a bancadas grandes como la suya.
Quintana (PPD) defiende umbral: "Ponemos por delante el interés nacional"
A su turno, el senador Jaime Quintana, presidente del PPD, refutó la idea de Couble que esta norma sea un "traje a la medida" para ciertos partidos, argumentando que colectividades como el PPD y Evópoli, representados en el panel, corren "un riesgo" real con la aplicación de este umbral. Para el parlamentario, esto demuestra que están "pensando más allá de la frontera de nuestro partido" y poniendo "por delante el interés nacional".
El parlamentario expresó su sorpresa ante el planteamiento del FA, que no se sentiría afectado por la norma, pero aun así la rechaza, y enfatizó que la política no es para "llaneros solitarios" o "caudillos", sino para "construir formaciones sólidas".
A su juicio, el actual sistema permite situaciones de indisciplina partidaria que se han convertido en una "burla" al trabajo democrático, como parlamentarios que cambian de pacto después de ser elegidos, apoyando a sectores políticos distintos a los que los llevaron al Congreso.
El timonel del PPD calificó la discusión sobre el umbral como un "test de gobernabilidad", insistiendo en que el problema de la fragmentación radica en la dificultad para la construcción de acuerdos y la solidez de los partidos.
Krauss (DC) cuestiona momento y alcance de la reforma: "No es lo que el país requiere"
Mientras, Alejandra Krauss, secretaria general de la Democracia Cristiana (DC), manifestó el rechazo de su partido al proyecto por dos aspectos fundamentales: la oportunidad y la profundidad de la reforma.
La exministra aseveró que "hacer una reforma de esta envergadura, que afecta a la decisión o comportamiento de la democracia en un año electoral, nunca es recomendable", según la experiencia de expertos y otras democracias.
Además de la oportunidad, Krauss cuestionó si "esta es la reforma al sistema político que efectivamente el país requiere". Argumentó que la iniciativa se enfoca más en aspectos electorales que en una reforma integral del sistema político, algo que se evidencia en el compromiso del Gobierno de impulsar "otra reforma para dificultar la constitución de nuevos partidos".
Para la secretaria DC, abordar un diagnóstico compartido de la fragmentación en un año electoral con estas medidas "no es la idea" ni "lo que requiere" el país políticamente, y expresó su preocupación de que, una vez aprobada esta reforma, se crea erróneamente que se han resuelto los problemas de fragmentación, comportamiento y gobernabilidad.
Aunque la DC concuerda con las normas antidíscolos, que buscan evitar que parlamentarios cambien de partido una vez electos —algo que la propia falange ha vivido—, Krauss señaló que la reforma no aborda otros elementos cruciales que deberían haber sido incluidos para una transformación sistémica real.
Debido a lo anterior, sugirió que el proyecto actual es insuficiente para "establecer las bases de un sistema político perdurable y sostenible en el tiempo".