El escenario de una segunda vuelta polarizada sería "muy indeseable" y un "sueño del pibe de los sectores extremos", afirmó Isidro Solís en El Primer Café.
Sobre las posturas de Evelyn Matthei respecto al golpe y la dictadura, indicó que para el partido la construcción política debe "mirar hacia adelante".
Amarillos por Chile defendió su apoyo a la candidatura presidencial de Evelyn Matthei (UDI), decisión que, según afirmó el vicepresidente del partido, Isidro Solís, en El Primer Café de Cooperativa, busca ser un "impulso" para la opción de la abanderada de Chile Vamos, como una estrategia para evitar una polarización extrema en una eventual segunda vuelta entre un candidato de ultraderecha y uno de continuidad del actual Gobierno.
El exministro de Justicia explicó que su colectividad observa con preocupación el "crecimiento de una votación y una fuerza más bien de ultraderecha" en el país, una facción que "claramente no quisiéramos verla gobernando".
El vicepresidente abordó el escenario de una segunda vuelta polarizada, calificándolo como "muy indeseable" y un "sueño del pibe de los sectores extremos".
"Para mí, tener que elegir entre Kast o un candidato de la continuidad de este Gobierno es una cosa dramática", aseguró Solís, e incluso señaló que, personalmente, no tendría "absolutamente ninguna posibilidad" de articularse "con nadie" en ese escenario.
Finalmente, se refirió a la reciente salida de figuras como Jorge Burgos, Gutenberg Martínez y Soledad Alvear del partido, un hecho que calificó de "muy doloroso".
Sobre las posturas de Matthei respecto al golpe de Estado y la dictadura, Solís indicó que para Amarillos la construcción política debe centrarse en el futuro: "La historia es la historia. El pasado no desaparece", reconoció, enfatizando que "los dolores existentes son dolores que van a permanecer" y que "nadie puede perdonar dolores ajenos". Sin embargo, dijo que, en cuanto a la construcción política, "la decisión que hemos tomado es mirar hacia adelante".
"La Concertación no habría existido si hubiéramos estado pegados cuál era la postura de cada uno de sus integrantes el 11 de septiembre del 73. O sea, en algún momento la política tiene que hacer actos de renunciación en los cuales solo mira al futuro y asuma la historia como una elección y punto, pero no como una larga lista de cuentas pendientes", concluyó.
