Cada 16 de julio, miles de chilenos conmemoran el Día de la Virgen del Carmen, figura arraigada a la identidad religiosa del país, pero su rol también va más allá de lo espiritual, siendo un símbolo de unidad nacional, resistencia e historia, desde la independencia hasta la actualidad.
El historiador y coordinador de Extensión Cultural de la Universidad de Los Andes, Raúl La Torre, señala que "la Virgen del Carmen y Chile tienen un vínculo que trasciende lo histórico y lo religioso. Se convierte en un símbolo de unidad nacional que ha acompañado al país en momentos clave".
La presencia de la Virgen en Chile se remonta a las primeras expediciones españolas, pero es durante las guerras de independencia cuando adquiere un carácter decisivo. "En particular, durante la Batalla de Maipú del 5 de abril de 1818, cuando se produce uno de los gestos más emblemáticos de devoción patriótica: el Voto O'Higgins", agregó La Torre.
"Bernardo O'Higgins, junto con los líderes del ejército patriota, prometen levantar un templo en honor a la Virgen si logran vencer en combate. La victoria llega y, años más tarde, se construye el Templo Votivo de Maipú, hoy uno de los santuarios más importantes del país, que recuerda ese momento fundacional", precisó.
Asimismo, destacó que "la Virgen del Carmen no solo es la patrona de las Fuerzas Armadas de Chile, también es vista como madre y protectora del pueblo chileno en tiempos de crisis y esperanza".
En paralelo, en el norte del país, la Fiesta de la Virgen del Carmen en el pueblo de La Tirana -en la Región de Tarapacá- toma otra forma y combina elementos del catolicismo con tradiciones ancestrales de los pueblos originarios del altiplano. Siendo esta, una de las expresiones culturales y religiosa más masivas de Chile, reconocida como patrimonio inmaterial.
"En esta celebración se mezclan lo religioso, lo simbólico y lo comunitario, dando origen a una manifestación única de fe que refleja la diversidad del país", sostuvo La Torre.