La Federación de Sindicatos del Metro de Santiago (Fesimetro) levantó la voz ante el preocupante aumento de suicidios en instalaciones del tren capitalino: siete casos sólo durante septiembre, tres de ellos en la última semana.
En entrevista con Una Nueva Mañana, el presidente de la organización, Eric Campos, advirtió sobre el impacto que estas tragedias tienen no solo en los usuarios, sino en los funcionarios que lidian directamente con estos eventos traumáticos.
"Por cada suicidio, los trabajadores y las trabajadoras del Metro evitamos de cuatro a cinco casos", por medio de "labores proactivas en el andén: muchas veces somos verdaderos psicólogos y asistentes sociales en los andenes", afirmó el dirigente sindical.
Explicó que la detección pasa por señales de alerta—como personas visiblemente afectadas o llorando—, y obliga a realizar acercamientos, diálogo y persuasión.
Campos -militante del Partido Comunista- apuntó que la salud mental "no es un problema individual; es un problema colectivo, nacional, mundial también", que "requiere mucho más que una sola campaña", y acusó falta de proactividad de Metro en cuanto a políticas de prevención más visibles.
"Estuvimos conversando con el Sindicato de los Trabajadores del Fono de Prevención del Suicidio, *4141, y ellos reciben más de 100 llamadas diarias de suicidio, y yo me preguntaba: ¿Por qué no tenemos mayor proactividad de Metro -que es una empresa pública- en construir campañas; por ejemplo, poniendo en los andenes el Fono Suicidio para que estemos mucho más alerta?... Necesitamos hacer mucho más visible, desde el punto de vista de las políticas públicas, la cuestión de la salud mental", insistió.
Impactos en trabajadores: "Demandamos la elaboración de un estudio cualitativo"
Campos se refirió al trauma severo que sufren conductores y personal, citando los testimonios de exfuncionarios que recuerdan pesadillas y el sonido del impacto. Sin embargo, "gracias a la acción sindical, hemos avanzado mucho en los protocolos de contención".
Estos procedimientos post-incidentes, explicó, incluyen días libres, contención psicológica y apoyo para todos los trabajadores, incluso los subcontratados, asegurando el dirigente que nadie tenga que volver a tomar un tren inmediatamente después de vivir una tragedia.
Pese a los avances en la contención inmediata, la preocupación principal del sindicato radica en las consecuencias de estos eventos traumáticos en los trabajadores: "Demandamos la elaboración de un estudio cualitativo respecto de los impactos a largo plazo", declaró.
Campos propuso la creación de "un observatorio" que revise el impacto psicológico a mediano y largo plazo, comparándolo con el plan de seguimiento por exposición al asbesto en algunos trenes.
Barreras en andenes: "Si esa es la primera respuesta, es insuficiente"
Respecto a la tendencia de la automatización y las puertas de andén—previstas para Línea 1 hacia 2028—, Campos negó que esta medida sea una respuesta a los suicidios, ya que "responde a un proceso de automatización de la empresa".
"Si esa es la primera respuesta de la administración a un problema de fondo, nos parece que es insuficiente", sostuvo el dirigente, que criticó las "cuñas de corto alcance para salir de la coyuntura comunicacional".
"Esto viene pasando hace muchos años en el Metro, en buena hora está como parte de la pauta de los medios de comunicación y creo que es tiempo de abordarlo con cuestiones de fondo y metiendo al Metro en coordinaciones que requieran mayor profundidad también en el análisis", insistió.
En particular, demandó la opinión del ministro de Transportes, Juan Carlos Muñoz, sobre "cuáles son esos planes más estratégicos -que no solo las puertas de andenes- que van a colaborar a tratar de aminorar el impacto de este fenómeno tan terrible como son los suicidios en el Metro".
Campos argumentó que si bien "el proceso de automatización y de digitalización de la industria de transporte público es inevitable, (...) la desconexión social, los problemas de salud mental y los problemas de soledad son problemas que también avanzan al mismo ritmo que los procesos de automatización; por lo tanto, los trabajadores van a tener que ser necesarios, sobre todo en espacios como el Metro, donde pueden tener otros roles".