Académicos de la Universidad de Santiago (Usach) explicaron los beneficios y las desventajas de la transformación que vivirá el céntrico Paseo Bandera: un ambicioso proyecto -gestado por la Municipalidad de Santiago y el Ministerio de Transportes- que busca que los buses de la locomoción colectiva vuelvan a transitar por esa arteria.
La medida contempla una inversión cercana a los $1.600 millones por parte del Serviu
Metropolitano y el nuevo trazado será exclusivo para buses RED, principalmente eléctricos, que circularán por una pista de 3,5 metros de ancho, con velocidad máxima de 30 km/h y un diseño en zigzag en algunos tramos.
Esta configuración busca compatibilizar la circulación de transporte público con la mantención del espacio peatonal, las terrazas gastronómicas y el mobiliario urbano tal como ocurre en algunas populares avenidas de Europa.
"Algunos están de acuerdo, otros no, pero el mensaje es que vamos a reconectar Bandera, manteniendo el 90% del espacio para uso peatonal y destinando solo 3,5 metros para locomoción colectiva de primer nivel", y enfatizó que "no habrá autos ni camiones en esta vía", destacó el alcalde de Santiago, Mario Desbordes.
"Oportunidad para mejorar aún más el transporte"
Para Carlos Muñoz, académico de la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido de la Usach, el anuncio se traduce en "una oportunidad para mejorar aún más el transporte público y desincentivar el uso de los vehículos motorizados", asegurando que por el nuevo tramo podrían transitar sin problemas buses eléctricos, peatones y ciclistas.
"La experiencia demuestra que en otras partes ha funcionado. El tema es acostumbrar a la ciudadanía a que esto pudiera ocurrir. Para el transporte público es muy relevante ese recorrido de sur a norte porque en el centro no hay muchas oportunidades de que ocurra eso, así que sería como para evaluarlo y ver qué es lo que pasa", indicó.
En ese sentido, el experto señaló: "Es una alternativa que hay que ensayarla, yo creo que hay que dar la oportunidad. Tiene más posibilidades de éxito que de error, diría un 65% de éxito, y después habría que ver qué pasa con el resto".
"La pérdida de un espacio simbólico"
Américo Ibarra, académico Usach e integrante del Centro de Políticas Públicas del Territorio, sostuvo que, desde la perspectiva de planificación urbana y la gobernanza territorial, la propuesta podría entenderse como una respuesta "funcional a las necesidades inmediatas", pero matizó en que es difícil considerarla como una política positiva en el largo plazo en el sentido de la recuperación del espacio público.
"Bandera había logrado consolidarse como un referente del urbanismo táctico, donde la ciudadanía se había apropiado de ese espacio y donde se comenzaban a desarrollar actividades culturales en centro de Santiago, que mejoraba la experiencia urbana. Por lo tanto, resignificaba ese espacio público de una manera positiva", destacó.
La transformación del Paseo Bandera "es la pérdida de un espacio simbólico que había sido ganado en el centro de Santiago. Debilita la experiencia urbana que ha sido gratamente aplaudida por la comunidad. Es un retroceso en la política de recuperación del centro como lugar de encuentro ciudadano", sentenció.