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La costa sudamericana del Pacífico ha tenido en las últimas semanas en un triste y peligroso camposanto animal plagado de miles de cadáveres de lobos marinos, pingüinos y otras aves víctimas de un agudo brote de gripe aviar que amenaza con provocar un desastre ambiental en especies marinas autóctonas de la región. En Chile, donde la primera ave silvestre infectada se detectó en diciembre, se contabilizaron a finales de marzo 1.535 lobos marinos y 730 pingüinos de Humboldt fallecidos a causa del virus, sobre todo en las regiones del norte. Mientras que en Perú, las autoridades estiman que al menos 5.000 lobos marinos han muerto infectados, lo que representa un 5% de la especie particular de lobos chuscos (Otaria flavescens). En tanto, en Ecuador algunos de animales de esta especie han aparecido varados en playas de las provincias sureñas de Santa Elena y El Oro, fronteriza con Perú, aunque oficialmente no se reportaron casos en fauna silvestre. "No hay evidencia aún que indique que el virus puede transmitirse entre individuos de la especie de lobos marinos o de alguna especie de mamíferos, por lo que es posible especular que, probablemente, estos eventos se han dado por infección de los lobos de mar al estar en ambientes donde hay una carga viral muy alta, debido a la presencia del virus en aves silvestres", dijo a EFE el especialista en Epidemiología Veterinaria de la Universidad de Chile Christopher Hamilton-West.
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