Elfriede Jelinek asegura que la obtención del Nobel no cambia su mirada pesimista

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

La Academia Sueca difundió una nota pregrabada en la que la autora de "La pianista" se refirió a temas como su relación con el gobierno austríaco y su percepción de la vida.

Llévatelo:

La escritora austriaca Elfriede Jelinek asegura que la obtención del Premio Nobel de Literatura que logró este año no cambia en nada su carácter huraño y mirada pesimista de la vida.

 

"Por desgracia, tengo que admitirlo. No hay nada que hacerle, soy misántropa y pesimista. Y un Premio Nobel no lo va a cambiar. No veo que nada mejore", declara la autora de "La pianista" en una nota pregrabada dada a conocer por la Academia Sueca, días antes de la ceremonia de entrega de los Nobel, acto al que Jelinek ya comunicó que no asistirá.

 

Jelinek salió al paso de las declaraciones de sus detractores que sostienen que su obra está alimentada por el odio. "En lugar de odio yo diría ira. Ira por los condicionantes sociales que evidentemente son inalterables, o a así me lo parecen", explicó.

 

La hemorragia fatalista de sus obras se transmite con una musicalidad que hace de su escritura digna de leerse en voz alta y muchos la emparentan con otro gran crítico de la sociedad austriaca como fue el fallecido Thomas Bernhard.

 

"También Thomas Bernhard escribía de una forma muy 'musical'. Pero él se centraba más en el ritmo de las frases, mientras que yo uso el sonido y la tonalidad de cada palabra como material musical, con el que luego juego, mediante asonancias, aliteraciones, variantes...", dijo.

 

Elfriede Jelinek adelantó que el discurso que enviará a la ceremonia de entrega del premio en la Academia Sueca trata de la "marginación, en su mayoría forzada, de quien escribe. El escritor es alguien que acompaña a la sociedad y la observa desde la distancia. La marginación es su lugar".

 

En esa lectura no se mencionará la palabra Austria debido a que "no quiero tener nada que ver con el gobierno actual, ni con ningún otro". Añadió que, en la difícil relación con su país, pesa "el pasado criminal de Austria" y las víctimas en su familia. "Crecí con ello", confiesa.

 

De origen "semijudío" por línea paterna, atribuye al "pueblo de la palabra, los judíos", una de las influencias culturales más importantes en su formación, a pesar de haber recibido una educación religiosa estrictamente católica por parte de su madre y por el colegio de monjas donde estudió.

 

"La palabra, en mi educación, siempre tuvo una gran importancia. Especialmente en la familia de mi padre. Ya de niña alababan allí mi capacidad para dar respuestas rápidas, certeras y mi especial sentido humor. Eso, naturalmente, me motivaba", recordó.

 

Así se le reveló en su infancia el poder invisible del lenguaje como una herramienta formidable para derribar rivales poderosos. "Me transmitió la conciencia de que como niña, débil e impotente, tenía también poder gracias a las palabras. Comparable a un David que vence a un Goliat con una honda", comentó.

LEER ARTICULO COMPLETO

Suscríbete a nuestro newsletter