Australia: Desolación y repudio adolescente a prohibición de redes hasta los 16 años

Publicado:
| Periodista Digital: EFE

Para cumplir con una ley aprobada en 2024, Meta comenzó a bloquear este jueves las cuentas de los menores que aún no alcanzan la edad exigida.

Jóvenes detractores reivindican las plataformas como "una válvula de escape" a la vida y un medio de información y organización.

Australia: Desolación y repudio adolescente a prohibición de redes hasta los 16 años
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Australia es uno de los primeros países del mundo en imponer restricciones de este alcance, pero muchos otros están estudiando medidas similares.

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Meta, la empresa matriz de Facebook, Instagram y Threads, comenzó a restringir este jueves el acceso a sus plataformas a usuarios menores de 16 años en Australia, en virtud de una ley aprobada por su Congreso a fines de 2024.

La empresa explicó que este 4 de diciembre inició la eliminación del acceso a sus redes sociales para adolescentes de menos de 16 años, y prevé completar el proceso de aquí a una semana, antes del 10 de diciembre, fecha en la que entrará en pleno vigor la indicada ley.

Durante este periodo, los menores podrán conservar y descargar su historial digital en las tres plataformas. Además, Meta notificará a los usuarios cuando cumplan 16 años para que puedan recuperar el acceso, restaurando todo el contenido tal como estaba antes de la restricción.

"Si bien la compañía se compromete a cumplir la ley, consideramos necesario un enfoque más estandarizado y respetuoso con la privacidad", señaló un portavoz de Meta en declaraciones a la agencia de noticias EFE.

Según la empresa, el Gobierno australiano debería exigir a los mercados de aplicaciones que verifiquen la edad y obtengan la autorización de los padres al descargar apps, evitando que los menores tengan que demostrar su edad en múltiples plataformas.

Meta: "No es la solución"

Esta nueva política se enmarca en un contexto de creciente presión regulatoria sobre las grandes tecnológicas, en todo el mundo, para proteger a los menores en el entorno digital; y Australia es uno de los primeros países en imponer restricciones de este alcance, pero muchos otros estudian medidas legislativas similares.

El Gobierno defiende la prohibición como una medida de protección frente a los riesgos asociados con el uso temprano de plataformas digitales: sostiene que los adolescentes son especialmente vulnerables a problemas como la exposición a contenido inapropiado, el ciberacoso y la explotación de datos personales.

Además de las plataformas de Meta, otras redes sociales como TikTok, Snapchat, X, YouTube, Reddit y Kick implementarán restricciones similares en Australia, y todas las cuentas de menores de 16 años serán desactivadas o eliminadas el 10 de diciembre.

Las compañías que incumplan la ley podrían enfrentarse a multas de hasta 49,5 millones de dólares australianos (unos 29 mil millones de pesos chilenos).

"Expertos, jóvenes y muchos padres coinciden en que una prohibición directa no es la solución, ya que aísla a los adolescentes de sus comunidades digitales y de la información, además de resultar inconsistente entre las distintas aplicaciones que utilizan", señaló Meta en un comunicado reciente.

Ante posibles errores en la verificación de edades, Meta indicó que los usuarios que pierdan el acceso por equivocación podrán autenticarse mediante una "selfie" en video o un documento de identidad a través de la aplicación de verificación de terceros Yoti.

"Sin las redes no habría sobrevivido"

La normativa ya está generando una alta resistencia entre la juventud australiana, según testimonios recogidos por EFE.

"Pienso en los jóvenes que sufren acoso en la escuela y luego llegan a casa y sus padres tampoco los apoyan. Para muchos, el único lugar donde encuentran algo de seguridad es internet", afirma Abbie Jane, que ya tiene 16 años y se salvó del "veto".

Jane nació en Broken Hill —una pequeña ciudad minera de unos 17 mil habitantes en el árido interior australiano— y cuenta que sufrió acoso continuado en el entorno escolar y social por pertenecer al colectivo LGTBIQ+: fue en las redes donde halló un espacio de desahogo.

Aquella experiencia la llevó a crear el "Proyecto Rainbow Shoelace", que reparte adornos con los colores del orgullo a adolescentes de Australia y otros países para poner en sus zapatos, y que ya supera los 350 mil paquetes distribuidos.

"Sin el proyecto, sin las redes, sin esa válvula de escape para mi rabia y tristeza, no sé si habría sobrevivido", afirma.

"Esfera pública paralela"

En Sidney, Hadiya Fatima, de 17 años, vicepresidenta del consejo estudiantil del Ministerio de Educación de Nueva Gales del Sur y fundadora del pódcast Proyecto Girlhood, también vio en las redes algo más que entretenimiento al descargar Instagram, cuando tenía 14.

"En el colegio casi no hay espacio para hablar de democracia, justicia climática o violencia de género. En redes, jóvenes enseñan a otros jóvenes. No solo aprendí qué es la política: aprendí cómo participar en ella", argumenta.

Hadiya llegó a Australia desde Pakistán con cinco años y perfeccionó su inglés viendo videos en YouTube. Describe las redes como "una esfera pública paralela" crucial para chicas, jóvenes en zonas rurales y estudiantes LGTBIQ+.

"Si cierras ese espacio, no solo recortas acceso a plataformas: recortas acceso al poder", alerta.

En Melbourne, Ivy Sheng tampoco buscaba ser activista cuando abrió sus cuentas a los 13: "Solo quería compartir lo que iba aprendiendo en el movimiento climático", recuerda.

Hoy, con 16 años, combina su trabajo en la Coalición Juvenil Australiana por el Clima con "Taught, Not Told" (Enseñado, No Contado), un pódcast que conecta generaciones a través de historias personales.

"Lo bonito de Instagram es que no se queda en mi barrio: te conecta con gente de todo el país preocupada por la crisis climática", afirma.

Miedo a perder comunidad y voz

Las tres experiencias de estas adolescentes convergen en la misma preocupación: el impacto del veto sobre la capacidad de los jóvenes para informarse, organizarse y construir comunidad.

Hadiya alerta de su efecto en la participación democrática: "Muchos estudiantes rurales se enteran de consultas públicas, peticiones y campañas a través de las redes. Si cortas ese canal, estrechas el embudo: menos voces informadas y menos diversidad donde se decide".

Ivy teme que se cierre una "ventana formativa" esencial: "Empecé a entender qué era el activismo climático a los 13. Si retrasas todo hasta los 16, habrá gente que llegue a la edad de votar sin haber visto jamás cómo se organiza una huelga o una campaña".

El Gobierno de Camberra defiende el veto como forma de proteger la salud mental de niños y adolescentes. Subraya que no habrá sanciones para menores ni familias: la responsabilidad recae en las plataformas.

Desde sus habitaciones, entre deberes e iniciativas juveniles, Abbie, Hadiya e Ivy no niegan los peligros de la vida digital, pero insisten en que prohibir no equivale a proteger, y plantean alternativas como la alfabetización digital desde edades tempranas, más apoyo psicológico, medidas reales contra el acoso escolar y una regulación más estricta de las plataformas.

"Las herramientas pueden cambiar", concluye Hadiya. "Hoy son Instagram o TikTok, mañana será otra cosa. Pero nuestra voz y nuestra capacidad de cambiar las cosas no deberían depender de la app de moda. Necesitamos que confíen en nosotros y nos den medios para usar estas herramientas de forma crítica y segura".

Malasia plantea fijar la edad mínima en 13 años

Mientras esta discusión se da en Oceanía, el Gobierno de Malasia (país perteneciente al Sudeste Asiático) dijo este jueves estar trabajando en un paquete legislativo que podría fijar en 13 años la edad mínima para entrar en las plataformas.

El ministro de Comunicaciones, Fahmi Fadzil, explicó que con esta iniciativa el Ejecutivo apuesta por un "enfoque integral para regular el contenido dañino en línea y proteger a los grupos vulnerables, en particular a niños y adolescentes".

"Esta medida tiene como objetivo garantizar que todos los proveedores de servicios de mensajería por internet y redes sociales que cumplen los requisitos de licencia rindan cuentas en cuanto a la regulación de contenido y la gestión de algoritmos", señala el escrito, que no indica una fecha estimada para la aplicación de estos controles.

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