A cada minuto su afán
Pocas actividades - al menos para mí - son más atractivas que el quehacer político que moviliza toda la fuerza mental y físico-emocional de quienes participamos en ella.
Debo reconocer que nace del sentido gregario y éticamente superior que hasta los Pontífices o líderes laicos reconocen y de la profundidad de contenido de redención social que la mayoría registra en su ejercicio.
Reconozco la fuerza en actividades similares que entregan una capacidad movilizadora similar.
También, que la parte más subyugante y movilizadora son las elecciones presidenciales, y como la vida es blanca y negra en la misma moneda también es el acto donde radican los peores errores y el lado más oscuro de la política y/o politiquería destruyendo la magnificencia de un intríngulis que hasta ahora parece exclusiva de una sociedad humana.
Otros líderes han dicho que las elecciones, cuando se multiplican en exceso o impiden el quehacer de los gobiernos o parlamentarios o se hacen a destiempo es un verdadero escapismo. Es tal vez el mayor riesgo, sobre todo si los movimientos o partidos políticos no consolidan sus ideales o su alma mater.
Creo hoy estamos en este momento y riesgo.
Debemos sumar a esto la infinita capacidad de tergiversar los hechos y palabras en una especie de jerigonza donde el debate se transforma en una Torre de Babel con sinónimos que no lo son o términos aximorónicos para decir lo que no se quiere expresar nítidamente.
He sido partícipe de estos actos electoralistas porque es difícil abstraerse de trece elecciones presidenciales democráticas y una dictadura, y vivir nueve actos electorales propios.
Hoy es un tremendo error estar lanzando candidaturas personales o partidarias porque distrae la tarea de resolver los problemas a largo plazo o las emergencias diarias de un país con una naturaleza dura y una riña electoral que perturba por lo anticipada y autogenerada o mejor dicho autoproclamada.
La tarea de hoy es reconstruir la unidad en la diversidad y la falta de equidad en la economía. Hoy no es minuto de afanes presidenciales.
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