Los dos últimos años las críticas a las políticas se han centrado en las conductas de los partidos o las instituciones, pero se plantea el error personal del que surgen los errores más globales. Es decir, la política es un acto personalista que genera conductas también personalistas. El ejemplo crea una forma de vivir y por ende ese “modus vivendi” impregna las sociedades.
¿Hay un decálogo de malas costumbres. ¿Nunca lo hemos visto así ordenado , pero se puede clasificar.
1.- No tomar en ese valor ejemplificador.
2.- No responder las llamadas de cualquier naturaleza.
3.- No respetar la edad, el rango entre iguales o la discapacidad. Esta última condición ha generado un espacio de “Ley no escrita“ y es de franco repudio cuando no se respeta.
4.- Transgredir la conversación privada con llamado telefónico, largo o corto, pero que deja en el aire un debate privado o una discusión aunque sea con alguien de menor condición según número 3 de este decálogo particular y casi doméstico.
5.- Hablar delante de terceros una conversación privada o una materia enojosa para alguno de los asistentes.
6.- Retirada de una reunión sin pedir autorización al presidente ocasional.
Por razones de espacio continuaremos un próximo artículo hasta completar este aporte que no es menor para darle respeto al diálogo aunque sea privado.
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