Clases y movilización (I parte)

Como les conté, mi abuela está de buen ánimo y muy optimista. Hoy me comentó lo bueno que resultaba el que las Universidades del Consejo de Rectores estén regresando a clases, y me preguntó mi opinión al respecto.

Dudé algunos instantes en exponer mis puntos de vista. Pensé, en primer término, que mi respuesta no aportaría a su bienestar (sin considerar que además debería dar explicaciones a los dirigentes estudiantiles de la familia).

Desafortunadamente, no me pude resistir y comencé diciendo:

Abuela, en estos días las Universidades del Consejo de Rectores se ven enfrentadas a diversas controversias respecto a la reanudación de las actividades académicas.

En varias de ellas se han realizado consultas entre los estudiantes, con diversos resultados.

En algunas se ha votado por reiniciar las clases, en cambio otras han optado por continuar con la paralización.

Te recuerdo que el conflicto ha tenido como consecuencia que muchas instituciones lleven más de 6 meses en paro. También que el gobierno, la oposición, la ciudadanía toda (empresarios, iglesia, trabajadores, profesores, padres y muchos colectivos más), tienen hoy conciencia de que el problema de nuestra educación es grave y que compromete el desarrollo futuro de nuestro país.

Querido nieto, todo esto que me cuentas ya lo sé. Fíjate que he escuchado diversas voces que dicen desde que solucionarlo es muy caro, que el punto en cuestión es la calidad, hasta otros que plantean que el lucro es el tema a resolver.

Antes que me contestes quiero contarte que acabo de terminar este libro que escribió este señor Meller respecto a la educación universitaria. En éste plantea que el problema no es el lucro, sino el mercado. Bien lúcido este señor.

Fíjate que en la síntesis del problema, me dejó claros varios temas que no había visto antes expuestos con tanta simpleza: el costo de las universidades chilenas es el más alto del planeta en relación al PIB/cápita; el aumento de los aranceles universitarios ha sido enorme en los últimos años; el impacto de los aranceles en el ingreso de las familias más pobres es inaceptable e insoportable; el gasto público chileno en educación superior es el menor del mundo; el endeudamiento de los universitarios chilenos es el mayor de todos los países.

Si todo está tan claro ¿me puedes decir por qué este problema lleva tanto tiempo sin solución?

Abuela: como tú me has enseñado, “cortemos el salchichón en rodajas”.

El tema de la educación es más amplio que el de nuestras Universidades. Nuestros problemas están desde la calidad de la educación básica y media o peor aún, desde la cobertura de la pre escolar.

Me miró, siempre con cara de felicidad (sus gestos me recordaron la cara del ministro Cruz Coke), y me dijo: bueno para que te resulte más fácil y dado que no tengo mucho tiempo, explícame lo de la educación universitaria y puntualmente si, en tu opinión, los alumnos deben volver a clases o mantener el paro de actividades.

No supe si reír o llorar con la pregunta que, “para que me resulte más fácil” mi abuela me ponía como desafío.

Fui a buscar un pote de medio litro de helado de lúcuma y me dispuse a contestar.

Abuela: yo pienso que es el gobierno, representado por nuestro presidente y sus ministros, quienes tienen la mayor responsabilidad en la búsqueda de soluciones a este problema (partiendo por plantear mecanismos que posibiliten el diálogo y un bosquejo de solución razonable).

En esta principal obligación se aprecia un lamentable déficit. Cabe preguntarse si esta debilidad obedece sólo a falta de ideas o estrategia (lo que sería grave) o corresponde a una planificación meticulosa tendiente a terminar con la educación superior de los planteles denominados “tradicionales” o, al menos, a producirles daño, debilitando así el único bastión en el que el lucro no es el principal motor del sistema de educación superior.

Me refiero a las 25 Universidades del Consejo de Rectores (estrategia, que de ser efectiva, sí resultaría muy grave para el futuro de Chile).

Pero querido nieto, ¿por qué el gobierno querría debilitar a las Universidades del Consejo de Rectores?

Bueno abuela, no digo que el gobierno quiera eso. Es probable que esto solo sea efecto de las circunstancias. En todo caso, no puede ser coincidencia que muchos de los miembros del Gabinete tengan intereses en el ámbito de la educación superior.

Sonrió y me dijo: pero tú sabes que una de las fortalezas de nuestro presidente y de sus ministros ha sido saber manejar los conflictos de interés.

Tomé varia cucharaditas de helado. Mi abuela siempre pone a prueba mi capacidad de sorpresa. Decidí que debía responder rápido lo que me preguntaba para no pasar a mayores. Me concentré y decidí que ella quería saber si -en mi opinión- los universitarios actualmente en paro debían regresar a clases.

Abuela, te contestaré tu pregunta: en mi opinión los jóvenes estudiantes de las Universidades del Consejo de Rectores deben volver a sus salas de clases.

Ella quedó pensativa y luego me dijo... ¿por qué deben volver a clases?.... aun no consiguen casi nada para ellos o sus universidades. ¿Piensas que es razonable tanto esfuerzo para terminar el movimiento así?

De hecho, continuó diciendo, los principales ofrecimientos del gobierno van a favorecer a los estudiantes de las universidades privadas, que dicho sea de paso, no están ni en toma, ni tampoco en huelga.

Respiró profundo y continuó: ¿Te has fijado que varias de las privadas están promoviendo unos nuevos procesos de “admisión de primavera”, y que las noticias son que las tradicionales pierden y pierden matrícula a manos de estas otras instituciones?

Sí abuela, inicié un argumento que no alcancé a terminar.

Entonces querido nieto, no es posible que esto termine así. Dime, ¿tienes algún sustento para declarar que deben volver a clases?

Bueno abuela, sí lo tengo. Pero como ya es muy tarde y debo partir a mi oficina, ¿qué te parece si continuamos esta conversación en los próximos días y te lo expongo?

Me miró impaciente y me dijo: bueno pero contéstame antes de irte. ¿Este señor Patricio Meller es comunista? Y además, ¿es cierto que la popularidad del gobierno está subiendo?, ¿crees que el gobierno tiene lista la solución y negociada ya con la Concertación?, ¿piensas que la Concertación sube en las encuestas?, ¿la próxima PSU es en diciembre?

Abuela: no, no y no.

¿Qué te parece que tomemos desayuno un día de estos y terminamos esta conversación?

Tomó su doble dosis de agua potable con marraqueta, y sonriendo se fue a mirar las rosas, escuchar a los pajaritos y respirar profundo (yo partí a releer a Meller, no sea cosa que me interrogue sobre algún pasaje del libro).

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