Con la frente en alto

Ayer la Presidenta Michelle Bachelet firmó los proyectos de ley que tienen por objetivo incrementar las futuras pensiones de quienes han cotizado durante su vida laboral, y además instaurar un seguro de ahorro colectivo y solidario para quienes están en una posición más desventajosa en materia previsional.

Lo que pretendemos como legado es que las  pensiones de hoy y mañana sean dignas y permitan a los chilenos y chilenas disfrutar de su etapa de vejez. Sin duda, ha sido un camino no exento de dificultades, como en todo proyecto que busca mejorar situaciones de desigualdad. También sabemos que para algunos será insuficiente, pero es un paso muy importante para seguir avanzando, instaurando de esta manera mínimos de derechos garantizados en materia de protección social.

Enfrentar las desigualdades es y ha sido el sello de los gobiernos de nuestra Presidenta Michelle Bachelet. Por eso, la preocupación por las pensiones de las personas mayores no sólo es de ahora.

En su primera administración, se implementó la Reforma Previsional del 2008, que hoy, a través del Pilar Solidario, favorece mensualmente a más de 1 millón 400 mil personas del 60% más vulnerable de la población. Este Pilar permitió asegurar una ayuda monetaria a quienes carecían de cotizaciones, y que al momento de jubilar quedaban en total abandono y al arbitrio de una mirada asistencialista del Estado. También se constituyó en un apoyo importante para quienes tienen pensiones de menor monto.

Ello representa un camino legítimo para avanzar hacia un mejor lugar donde vivir con menos desigualdad y con mayor calidad de vida, todo ello desde una perspectiva de derechos, colocando al centro de las políticas públicas a la persona humana, sus anhelos y sueños.

La Ley N°20.255, que estableció la Reforma Previsional, fue promulgada el 11 de marzo de 2008 y entró en vigencia el 1 de julio del mismo año. Además de incorporar ajustes a los pilares contributivo y voluntario del sistema previsional, también impulsó medidas que apoyan a las mujeres, que por lo general acumulan menos recursos en sus cuentas previsionales.

Uno de los beneficios más importantes en este sentido es el Bono por Hijo, como un mecanismo para ayudarles a mejorar el monto de su pensión mensual. Hasta el año 2017, este beneficio ha beneficiado a más de 450 mil mujeres.

También se incorporaron cambios en el seguro de invalidez y sobrevivencia (SIS), con lo cual los costos para las mujeres bajaron, y se elevó el límite de edad para la cobertura de dicho seguro, a los 65 años, para todas las personas.

Además, desde el 2008 en adelante se permite la compensación económica, en caso de nulidad o divorcio, traspasando fondos previsionales desde la pensión de uno de los cónyuges a la del otro, cuando un juez considere que hubo menoscabo económico.

Gracias al Pilar Solidario incorporado en esa Reforma, desde que comenzó su vigencia hace nueve años, más de 1 millón 800 mil personas han recibido un apoyo económico del Estado, en beneficio de una mejor calidad de vida.

Creemos que, justamente, la madurez y el desarrollo de una sociedad también se miden por su capacidad de promover un crecimiento armónico con la protección social de quienes más necesitan el apoyo del Estado, haciéndonos cargo de situaciones de desigualdad que muchas veces escapan a la capacidad y posibilidades de las propias personas para superarlas.

Hoy, ya no se trata de asistencialismo. Hoy nuestros pensionados y pensionadas cuentan con derechos garantizados, y ese es el camino que hemos decidido y que nos permite mirar el futuro con la frente en alto. 

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