El derecho a voto en el exterior

Tras el apoyo por unanimidad de la Sala del Senado, se despachó el proyecto con las modificaciones acordadas por la Comisión de Gobierno para facilitar el voto de todos los ciudadanos, independiente de su residencia.

Así, pasamos al tercer trámite el derecho a voto de las y los chilenos en el exterior, y ahora será el turno de la Cámara de Diputados, quienes se deberán pronunciar sobre los cambios efectuados por el Senado, y espero que también sea por unanimidad.

Como saben, siempre he sido una de las principales impulsoras de esta legislación y por ello me siento profundamente satisfecha y orgullosa de esta larga batalla que hemos dado desde 1991, cuando el entonces diputado Dupré, presentó el primer proyecto de ley.

Quiero mencionar a todas y todos los chilenos que nos han acompañado desde el extranjero, a través de las distintas organizaciones que se han establecido en diferentes países, y felicitarles, porque su rol e impulso permanente ha sido central para lograr este resultado.

Desde que recuperamos la democracia, éste ha sido un anhelo por el cual hemos luchado y a pesar que durante muchos años vimos como la derecha se negaba a apoyarlo, estas agrupaciones persistieron e hicieron conciencia, generaron un amplio debate, y hoy, podemos compartir este logro, que permitirá que el 2017 se ejerza este derecho inalienable.

Para ello fue necesario hacer una reforma constitucional, proceso que no estuvo exento de dificultades y dilaciones. De hecho, en el año 2005 realicé una propuesta legal en esta línea, pero lamentablemente se rechazó. En el 2009 presentamos una moción, que a pesar de tener el compromiso inicial de Renovación Nacional, no se cumplió y se rechazó nuevamente.

Recién en el año 2013 logramos sacar adelante la reforma constitucional que hoy es ley. En aquel momento contamos con el apoyo de los senadores Alberto Espina (RN), Hernán Larraín (UDI), Patricio Walker (DC), y la entonces senadora Soledad Alvear (DC), y por primera vez, la oposición entendió la importancia de este derecho.

Su rechazo se basaba en el supuesto que el voto en el exterior favorecería a un sector –en este caso a la Concertación- pero Soledad Alvear, siendo ministra de Relaciones Exteriores, realizó un estudio que demostró que de los más de 900 mil chilenos que viven fuera, sólo un 12% corresponde a personas que lo hicieron por motivos de exilio, y que la gran mayoría lo hace por razones económicas, familiares o de estudios.

En lo personal, puedo señalar que fui exiliada por 16 años, y cuando se vive fuera del país uno de los mayores anhelos es sentirse parte de la comunidad nacional, es por ello que tengo la convicción que el ejercicio del derecho a sufragio es uno de los lazos que permite sentirnos parte de la patria.

El proyecto solo requiere el inscribirse en el consulado respectivo, y rechazamos la propuesta del gobierno de Sebastián Piñera, que buscaba imponer condiciones, como el haber viajado a Chile en los últimos cinco años, siendo la propia Corte Suprema quien impugnó la idea de establecer requisitos adicionales al Derecho a Sufragio, por considerarlo discriminatorio.

Actualmente, son más de un centenar los países que cuentan con el derecho a voto en el exterior, y en nuestro país vemos largas filas cuando se producen votaciones en Perú, Bolivia, Argentina, por nombrar nuestros países vecinos. Esperamos que pronto ello comience a suceder con nuestros ciudadanos en el extranjero, que con las actuales tecnologías pueden estar más informados que nunca.

Votar es la reafirmación de ser parte de una comunidad, y no tengo duda que mientras mayor participación tengamos en nuestras elecciones, lograremos más y mejor democracia para Chile.

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