Es la minería, estúpido

En 1991 Bush padre gozaba de un 80% de  popularidad como Presidente de EE.UU, sin embargo  un año más tarde sería derrotado en las elecciones por Bill Clinton, quien  de la mano del afamado estratega electoral James Carville realizaría una de las campañas políticas más recordadas de las últimas décadas, que dio origen a la célebre frase  “es la economía, estúpido”.

Y es que en plena recesión de la economía estadounidense, Carville supo reconocer que el empleo,  la inflación y el crecimiento eran  variables sumamente relevantes para la decisión de los electores., y  que aun cuando estos no sean economistas, reconocen los  efectos  en su diario vivir.

En Chile, el candidato Sebastián Piñera ha intentado replicar lo mismo para las elecciones de este año, construyendo un relato que relaciona los ciclos positivos de la economía a su gestión, olvidando que el devenir internacional marca poderosamente los índices de un  país pequeño y abierto como el nuestro.

Para nosotros, es el precio internacional del cobre  lo que determina buena parte del desempeño de la economía, representando entre un 14% y 25% del PIB,  el  50% de las exportaciones, y entre un 20% y 30% de los ingresos totales del Fisco (solo superado por el IVA).

En ese marco, cabe señalar que Piñera tuvo durante su gobierno el precio del cobre más alto de  la historia, promediando los USD 3,59 la libra, e incluso llegando a USD 4 el 2011 (cada centavo adicional en el precio promedio del cobre, representa USD 55 millones extras en las arcas fiscales, lo que equivale a más de 11.000 alumnos con Educación Gratuita), por tanto,  es complejo negar el impulso externo en los buenos índices de  su gestión.

En contraste,  durante el gobierno de Michelle Bachelet, el precio promedio del cobre rondó los USD 2,6 la libra, cayendo incluso a niveles  del costo promedio a cátodo de la industria privada y estatal, que rondan  los USD 2,33 y USD 2,11 respectivamente

Lo anterior significó una disminución en las exportaciones, inversión, ingresos fiscales, y  demanda de trabajo. Para ilustrarlo, se puede señalar que   la cartera de inversiones de la gran minería del cobre se redujo desde más de USD 100.000 MM en el mandato  de Piñera, a menos de la mitad en el mandato de Bachelet , esto, como respuesta exclusiva a la baja del precio, que se fija libremente en el mercado y no depende del gobierno.

Entonces, no es extraña una relación entre el gobierno de Piñera y el buen estado de la economía, pero pareciera que esto no dependió de su gestión. Aún más,  políticos de su propio sector reconocen irónicamente que la única reforma económica relevante que generó durante su gobierno fue la Ley de Pesca.

Otro aspecto relevante, es que el buen precio del cobre presiona el dólar a la baja, generando un menor costo para la compra de televisores, celulares, refrigeradores o viajes al extranjero, lo que también influye poderosamente en la percepción del bienestar económico de la población.

Luego, para palpitar cómo viene el estado de la economía, más vale anticipar el precio del cobre que el próximo presidente tendría.

Sobre este punto, la última encuesta a expertos realizada por Cochilco señala que las expectativas para el cobre es de un precio de USD 2,9. Estos buenos augurios se basan en el buen manejo de la deuda China y las cifras de crecimiento en su industria inmobiliaria, la migración campo-ciudad en India, la no entrada de nuevos yacimientos en la gran minería mundial (y las dificultades de producción de los actuales), además de la perspectiva de crecimiento en la economía eléctrica (energías no convencionales y automóviles eléctricos, los cuales consumen 3 veces más cobre que los convencionales).

Aún más, en foros internacionales, no descartan que el precio siga subiendo, llegando a su precio histórico de USD 4 la libra.

En resumen, el mercado espera una nueva alza de los precios, en lo que sería una especie de boom 2.0, cuestión que ya se está reflejando en este gobierno, con una subida de más de  3 puntos en la producción industrial, generando alzas consecutivas en el IMACEC.

Mirando estas cifras, seguramente James Carville, el experto electoral de Clinton, le diría a quienes difunden el terror económico, que no se preocupen, que para Chile “es la minería, estúpido”. Y la minería se viene bien. 

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